AUTOR DEL BLOG DE LA UNIVERSIDAD DE DOGOMKA

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El cielo me ha fascinado desde que tuve uso de razón. A los 13 años de edad realicé un trabajo acerca del Sistema Solar en la escuela y gané un premio junto con mis compañeros Juan, Eugenio, Fernando y Modesto, mi tía Paqui me obsequió con mi primer libro de astronomía, escrito por José Comás Solá, estudiando este libro, nace mi vocación por la astronomía. Cada noche salía al campo para identificar y conocer las estrellas, solía llevar conmigo unos binoculares y pasaba largas horas viendo el firmamento. Mi madre me regaló mi primer telescopio. Me formé como matemático y estudié complementos de astronomía posicional y astrofísica teórica, colaboré escribiendo artículos tanto en inglés como en español para tres revistas: «Sky and Telescope» (EE.UU.); «The Astronomer» (R.U.) y «Tribuna de Astronomía» (España) entre 1982 y 1988. Actualmente tengo 60 años y estoy estudiando un posgrado sobre Historia de la Ciencia y la Tecnología, Filosofía de la Ciencia y Lógica en la UNED, estoy prejubilado.

domingo, 3 de diciembre de 2023

ESTRELLAS DEL ADVIENTO: ALDEBARÁN, CAPELLA, BETELGEUSE Y RIGEL

 

Diciembre es un mes que, cuando ha llovido y el cielo se ha despejado por completo debido a la presencia de viento, presenta una visión del firmamento extraordinaria, pues las estrellas más brillantes y que son visibles desde el hemisferio norte (como España) son las que nos encontraremos. Para comenzar a disfrutar del firmamento no es necesario tener telescopio, de hecho, lo desaconsejo por completo, disponemos de nuestros ojos que es un instrumento óptico maravilloso y que tenemos que educarlo para ver el cielo, fijar la vista y contemplar los detalles que a todos suelen escapar.

El adviento, en la tradición cristiana, son los cuatro domingos anteriores a la navidad, en 2.023 son los domingos: 3, 10, 17 y 24, por eso, cubrimos todo el mes de diciembre y por ello, he denominado a estas estrellas que vamos a ver a primera hora del anochecer (entre las 20 y 22 horas) como «Las estrellas del Adviento»

Nos abrigamos bien, salimos a la terraza si está orientada al Sur o al Sureste y nada más alzar la cabeza un poco, nos encontramos con una estrella plomiza de un tono amarillento, comparándola con todas las demás, sin duda, es la más brillante y me he enterado que está brillando con una magnitud negativa de -2,8, me fijo un poco y comparo este astro con las estrellas brillantes que hay a nuestra izquierda y mientras éstas son de tonalidad fría, blancas y azuladas y están titilando, nuestro astro central amarillento y plomizo, parece no agitarse lo mínimo, es como una diapositiva, ¡se trata de un planeta!  ¡Estamos ante el dios Zeus de los griegos! ¡o el Júpiter de los romanos!, es el planeta Júpiter, que viéndolo a través de un pequeño anteojo o prismático que esté fijo, nos presentará a su prole, que son cuatro estrellitas que están muy cerca suya y que Galileo Galilei las observó por primera vez con su recién construido anteojo el 7 de enero de 1610, él los denominó con números romanos: I, II, III, IV y los bautizó como «los planetas de los Médici» en honor a la familia aristocrática que lo protegió (gracias a su gran poder, Galileo no fue quemado vivo en la Plaza de las Flores de Roma, tal y como hicieron años antes con el pobre Giordano Bruno, hombre de preclara inteligencia y gran sabio, que al igual que Sócrates, no luchó por salvar su vida, sino que dejó que se la quitasen para demostrar al mundo la maldad que hicieron con ellos). Actualmente, Júpiter tiene 69 satélites descubiertos, gracias a las sondas espaciales que han llegado hasta allí, pues son asteroides capturados en su mayoría y de tamaños muy pequeños, incluso de apenas unos centenares de metros, con los años, estos cuatro satélites que podemos identificar ópticamente, de más cercanos a más lejanos del planeta Júpiter como: Ío, Ganímedes, Europa y Calixto, son denominados en su conjunto como «los satélites galileanos».

Júpiter se encuentra en la constelación del Carnero (ARIES) y sobre el asterismo de La Cabeza de la Ballena.


Júpiter queda sobre la vertical SE y desde aquí podemos ir identificando las primeras estrellas brillantes del cielo mirando hacia el S. 

Las estrellas más brillantes son: Betelgeuse, Aldebarán y Rigel, al E de Júpiter. Fomalhaut al W, junto con Altair, Deneb y Vega, cerca del cénit del observador junto con La Cabra (Capella), en total, son ocho las estrellas a identificar.


Mirando hacia el W (oeste), encontramos tres brillantes estrellas que forman un extenso triángulo, se conocen como el TRIÁNGULO DEL VERANO y este extenso asterismo es visible gran parte del año alcanzando su mayor altura, en verano (para los habitantes australes es invierno). El triángulo del Verano lo conforman las estrellas Altair (de la constelación del Águila), Deneb (de la constelación del Cisne) y Vega (de la constelación de la Lira).

El hecho de encontrárnosla a primera hora de la noche y en el cielo occidental nos informa que ya no es verano, sino que estamos en otra estación y en breve se ocultarán por el horizonte para dar paso a nuevas estrellas, propias del invierno.


El TRIÁNGULO DE INVIERNO se encuentra en el cielo oriental (E) y lo conforman las brillantes estrellas de Aldebarán (de la constelación del Toro o Tauro), Betelgeuse y Rigel (de la constelación de Orión o del Cazador), debido a su posición, a primera hora de la noche y dominando el Este, nos indica que estamos en el comienzo del invierno, así durante este mes de Diciembre, al anochecer, encontraremos el triángulo de invierno muy bajo en el cielo oriental y concretamente, al este del planeta Júpiter que hemos tomado como referencia.

EN EL CÉNIT, que es el punto del cielo más alto que el observador de un lugar puede alzar con su cabeza, es la perpendicular entre la bóveda celeste y el observador. Las estrellas brillantes más próximas son La Cabra o Capella (de la constelación del Cochero o Auriga) al ZE (sector cénit-este) y al ZW (sector cénit-oeste) están Vega y Deneb.

Saturno tiene el aspecto de un astro plomizo anaranjado que se encuentra a poca altura sobre otra estrella medianamente brillante llamada Fomalhaut (de la constelación del Pez Austral) en dirección SW.

EN RESUMEN
  • Al mirar al sur, dos planetas, son los astros más brillantes: Júpiter al SE y Saturno al SW.

  • El Triángulo del Verano está al W (Altair-Deneb-Vega).

  • Bajo Saturno está Fomalhaut.

  • Cerca del cénit está Capella y Vega.

  • El Triángulo de Invierno está al E (Aldebarán-Betelgeuse-Rigel).

FORMAN PARTE DEL GRUPO DE LAS ESTRELLAS DEL ADVIENTO, las que se encuentran en el cielo de Diciembre entre el Sur, el Este y el Norte. En esta entrada he descrito la primera parte, las cuatro sureñas: ALDEBARÁN, CAPELLA, BETELGEUSE Y RIGEL.


ALDEBARÁN (α Tauri) es la alfa del Toro, principal estrella de la constelación del Toro (TAURUS) y tiene un ligero color anaranjado de magnitud +0.85, es una estrella de primera categoría y una gigante anaranjada del tipo K5.


Tiene 1,5 veces la masa del Sol pero su volumen es mucho mayor, con un diámetro de 88,4 veces el diámetro solar, es 361.706 veces más voluminosa que el Sol. Aldebarán es una estrella doble, tiene una compañera enana roja, vista en el cielo, se encuentra rodeada de un cúmulo abierto al que no pertenece, son la HIADES y está a 65 años-luz de distancia (su luz tarda 65 años en llegar hasta nosotros, la estamos observando cómo era en 1958).


LA CABRA o CAPELLA (α Aurigae) es la Alfa del Cochero, aquí describo concretamente a Capella Aa, es la estrella más brillante de la constelación del AURIGA  o COCHERO que forma un asterismo amplio en forma de pentágono irregular. Capella es en realidad un sistema cuádruple de estrellas, que no pueden ser vistas pues fueron descubiertas de manera indirecta, es una gigante amarilla del tipo G8, su magnitud varía entre +0.71 y +0.96, pues es una estrella variable del tipo RS Canum Venaticorum, es la estrella más brillante y cercana al polo boreal, su aparición por el horizonte NE es realmente fascinante y digna de ser observada a finales de septiembre al anochecer y aconsejo que en torno a las seis y media de la noche en estos días, miremos al cielo NE para contemplar esta estrella, baja sobre el horizonte.


Capella es más voluminosa que el Sol, con un radio 12,2 solares, su volumen es de 7457 veces mayor, siendo su masa de 2,7 soles, se encuentra a una distancia de 42,5 años-luz, es decir, observando esta noche a Capella, la estamos viendo como realmente era durante el verano de 1980 ¡Qué tiempos aquellos en que éramos jóvenes!



BETELGEUSE (α Orionis) es la estrella más brillante de la constelación de ORIÓN (o el cazador) durante la pandemia de covid esta estrella me tenía francamente preocupado, pues entre 2019 y 2020, su luminosidad estaba muy por debajo de la habitual, presentaba una magnitud inferior a la segunda, cuando habitualmente brilla entre +0.3 y +1.2, pues es variable, supergigante roja de casi 19 masas solares y que a pesar de estar a 700 años-luz de distancia, la percibimos desde aquí como una estrella de primera categoría, su final será cataclísmico, como nova tipo II y eso puede suceder en cualquier momento o incluso, ha podido suceder ya, pues la estamos contemplando como era en la alta edad media, hacia el año 1323, cuando aún España ni siquiera existía (eran 6 reinos cristianos: Castilla, León, Portugal, Navarra, Aragón) y otros tantos musulmanes) y media península estaba habitada por los musulmanes de la dinastía omeya y España aún no había descubierto las Américas y nadie conocía que ese continente existía, pero volviendo a lo que comenté al principio, algo sucedió en Betelgeuse, pueden ser muchas cosas, desde la emisión de parte de la atmósfera externa, la reducción de su volumen, formación de extensas manchas o que en la visual entre la Tierra y la estrella atravesara nubes de gas y polvo interestelar, y dado que tiene tendencia al catratofismo, pensé que se estan produciendo cambios relevantes en la estrella en una fase degenerativa para implosionar y desaparecer de nuestro cielo, ciertamente, la figura del Cazador quedaría tristemente desfigurada y poco agraciada, pero el universo es así, no es un cuadro estático, lo que significa que nuestras vidas son cortas y efímeras y por eso vemos una solemne descripción del firmamento que es prácticamente invariable, salvo los movimientos planetarios o que aparezca un cometa y sea visible de vez en cuando.


Finalmente el misterio se resolvió gracias a las observaciones realizadas desde el Observatorio de Atacama en Chile (VLT), según BBC News [https://www.bbc.com/mundo/noticias-57509203], que entrevistaron a Emily Cannon, astrofísica de la Katholieke Universiteit en Leuven, Bélgica:

«Hubo dos ideas que dominaron. Tal vez se trataba de una gran región fría en la superficie de la estrella, porque se sabe que las supergigantes rojas como Betelgeuse tienen grandes células convectivas que pueden generar zonas calientes y zonas frías. Por otra parte, tal vez había una nube de polvo que se estaba formando en frente de la estrella desde nuestra perspectiva en la Tierra» y la astrofísica Cannon afirmó: «Nuestra idea general es que hubo una zona fría en la estrella que, debido a una disminución local de la temperatura, causó que una expulsión de gas anterior se condensara en polvo, así que, la zona fría en la superficie nos haría ver la estrella menos luminosa. Pero después, esta condensación del polvo aumentaría la rápida pérdida de brillo de la estrella».

Betelgeuse es una supergigante roja de tipo M1 y al ser una estrella variable, su radio oscila aproximadamente entre 900 y 1100 veces el radio solar, presentando un volumen comprendido entre 3.000 y 5.500 millones de veces mayor que el volumen del Sol, de hecho, es tan enorme, que si la estrella estuviese en el centro del Sistema Solar ¡Llegaría a tragarse todos los planetas térreos! y Júpiter sería el primer planeta que giraría en torno a la estrella y a corta distancia.



RIGEL (β Orionis) es la segunda estrella más brillante de ORIÓN y está situada en el lado opuesto de la figura respecto a Betelgeuse.  



Rigel es una gema azulada que contrasta bien con Betelgeuse, en realidad forma un sistema cuádruple de estrellas (al igual que Capella) con una magnitud de +0.18, a veces rivaliza con Betelgeuse en ser la estrella más brillante de Orión, siendo una luminaria de primera categoría.


Cuando la contemplamos, vemos cómo era la estrella en plena edad media, hacia el año 1.163, cuando Europa se debatía en guerras, hubo una terrible inundación en Holanda y la Catedral de Nuestra Señora de París (Notre Damme) comenzó a construirse, está bien lejos Rigel: 860 años-luz y si brilla así, es que es una estrella supergigante y presenta pequeñas variaciones de brillo debido a que es una variable tipo Alfa Cygni, es una estrella de tipo B8, blanco-azulada, con un radio de 80 veces el del Sol, su volumen es algo superior a los dos millones de veces el del Sol, con una masa de 21 soles, su final será cataclísmico como supernova tipo II.