1. Los brujos de la antigüedad
2. La primera compuerta del ensueño
3. La segunda compuerta del ensueño
4. La fijación del punto de encaje
5. El mundo de los seres inorgánicos
6. El mundo de las sombras
7. El explorador azul
8. La tercera compuerta del ensueño
9. La nueva área de exploración
10. Acechar a los acechadores
11. El inquilino
12. La mujer de la iglesia
13. Volando en alas del intento
Se expone un aspecto histórico-cultural que nos sitúa en el contexto y a la vez, tiende a justificar el por qué de este entrenamiento, así, Castaneda con su nota introductoria nos remite al capítulo primero: Los brujos de la antigüedad, donde nos describe dramáticamente cuándo los seres humanos perdieron su libertad y su poder, el ser humano era perfecto en su origen, era una divinidad, vivían todo el tiempo que querían y si se cansaban, se dormían y desaparecían del mundo para llegarse a otros mundos, volaba, era mágico, tenía poderes extrasensoriales, psíquicos y físicos, era extremadamente feliz, pero a la vez, extremadamente curioso y extremadamente imprudente, pues estos seres humanos de la antigüedad se convirtieron en brujos en el momento en que comenzaron a ensoñar y a través del ensueño, penetrar en el universo de los inorgánicos, la compuerta fue abierta para todos, tanto los ensoñadores humanos, como los depredadores del otro lado y aquí comienza la debacle de la mente del hombre, Don Juan Matus sitúa esta situación diez mil años atrás en el pasado, es posible que estuviera definiendo un cambio de estado en las condiciones del ser humano en esas fechas, pues la ciencia no aporta absolutamente nada sobre lo que había en Mesoamérica hacia el octavo milenio, por otro lado, señala al pueblo de los toltecas como los protagonistas de esta historia, pero según la arqueología, lo más antiguo que se conoce sobre esta cultura, son restos materiales fechados hacia el siglo VI de nuestra era. El hecho dramático es que, los foráneos o entidades inorgánicas entraron a través de las compuertas del ensueño y se apoderaron de la mente humana, aportándonos una mente básica, de pacotilla, parafraseando a Matus, una mente que sirve para muy poco, sobrevivir en el medio, cazar, cocinar, tener sexo, hacer la guerra, conquistar y no mucho más, ese es el nuevo ser humano que surgió por aquel entonces.
El ataque de los foráneos se realizó no solamente en Tula o en la Mesoamérica incógnita, sino que según es descrito e interpretable de mitos de muchos pueblos del mundo, esto mismo ha surgido en muchos lugares.
En origen, las creencias de los pueblos indoarios relataban un edad de oro para ese primer hombre que hubo en este mundo en tiempos inmemoriales, que luego, pasa a ser de plata, de cobre, de estaño, de hierro... es una buena exposición sobre las edades de los metales, pero también es una alegoría a la deficiente calidad de los nuevos humanos que van surgiendo era tras era, habla de decadencia, de involución desde un estado de divinidad y perfección hacia la animalidad del ser humano. El mito de las 5 eras relatado en la Teogonía de los Dioses del poeta Hesiodo, relata una era de los héroes, posiblemente, esos hombres casi divinos e imbatibles que alguna vez existieron, que lucharon en la Guerra de Troya (Iliada) y luego, se depravaron hasta desaparecer.
Al parecer, es coincidente que ya han sucedido cinco eras en el pasado y que vamos camino hacia una sexta era, con una gran incertidumbre ante el temor a que todo se nos vuelva en contra y nuestra forma de sociedad, siempre incompatible con la naturaleza, no sea capaz de encontrar la solución para remediar este gran problema de adaptación que el ser humano actual tiene ante una naturaleza que está comenzando a sacar sus garras, dispuesta a darnos el zarpazo definitivo.
SOÑAR
De todos es sabido de lo caótico y desordenado del universo onírico. En los sueños todo es posible, el ser humano y la mayoría de los seres vivos con un sistema nervioso desarrollado como los mamíferos, sueñan y necesitan soñar. Hay una primera fase onírica que comienza como si uno cayese a través de un largo y profundo tobogán donde se entremezclan objetos oníricos fugaces y absurdos, en esta fase pre-REM hay como una precipitación de la conciencia hacia un vacío inexistencial hasta que transcurrido un tiempo indeterminado, tras movernos varias veces para cambiar la postura, entramos a soñar en la fase REM, la primera de varias que se sucederán durante la noche, el cerebro se activa y se producen movimientos involuntarios, principalmente en el movimiento de los párpados de los ojos (REM = rapid eyes movement [movimiento rápido de los ojos]) y comenzamos a soñar, la mayor parte de los sueños que tenemos pueden tener un argumento, un sentido, una esencia, hasta incluso una enseñanza sobre una experiencia mal encajada en nuestras vidas, otros son ridículos, absurdos, inconsistentes, fragmentados, lo cierto es, que los sueños son un proceso biológico necesario y a la vez, adquiere algún significado metafísico cuando la experiencia deja de ser familiar y de hecho podemos vivir en lugares remotos, ser otras personas o simplemente, no ser, este tipo de sueños suele recordarse y se les denomina sueños lúcidos, algunos de ellos son muy bien recordados a lo largo incluso de toda nuestra vida, quizás sean 2, 5 o 7 eventos oníricos, pero forman parte de nuestra memoria vital porque así lo sentimos y lo incorporamos a esa memoria a largo plazo, a los recuerdos memorables. Hay sueños lúcidos que nos llevan a lugares que no son habitualmente accesibles a nuestra conciencia y algo muy desconcertante sucede cuando fijamos la atención del sueño, esto equivale energéticamente a fijar el punto de encaje o polo, del que voy a intentar describir en su estructura y comportamiento.
EL PUNTO DE ENCAJE O POLO DE LA CONCIENCIA
La estructura energética propia (en el ser humano) es extremadamente compleja y posee diversos objetos, cada uno con unas propiedades muy especiales que afectan al campo de la percepción y de la conciencia humana. Estamos rodeados de capas de textura de luz, que no llega a ser materia ordinaria, pero se mantiene, se autoconserva, mientras el ser está vivo y asociado a un ente biológico, no tengo ninguna intolerancia a describir como aura a esta estructura, de hecho, el aura está formada por muchas capas y no siempre es igual entre un ser y otro, hay diferencias, algunas, notables.
El que os escribe es una persona que ha sido beneficiada con unos dones especiales de videncia y de percepción extrasensorial desde antes de nacer, lo que os estoy describiendo, lo he percibido directamente a través de mis medios, la obra de Castaneda me ha ayudado a comprender e interpretar lo que percibo en un estado de conciencia diferente al habitual. Mi vida nada ha tenido que ver con cualquier otra vida, soy un ser completamente distinto al género humano en sí, al menos, nunca he conocido a nadie afín y quienes bien me conocen, me han llegado a temer (lo cual, es una pena, porque eso me ha hecho sentir la soledad en toda su intensidad con el sufrimiento que ello conlleva en las personas sensibles e inteligentes, como es mi caso, que para lo único que me ha servido es para entrar en crisis depresivas un día sí, y el otro también, pero de las que he salido enormemente fortalecido).
Sólamente Castaneda ha dado explicación a mis visiones, de ahí mi adhesión, ningún libro o tratado de psicología, psiquiatría, filosofía, antropología, sociología, misticos, religioso, espiritualista, espírita, ninguno me ha dado una respuesta realmente válida para mi situación en lo personal.
La respuesta la he ido encontrado con muchas dificultades durante esta vida que pronto alcanzará la sexena.
Regresando al título de esta entrada, ya he explicado que el ser humano está rodeado de múltiples capas texturadas, con terminaciones, pelitos muy similar al capullo de un gusano de seda visto con una lupa, parece que es una textura impenetrable, y de hecho, lo es, pero no para la percepción de la conciencia, en un nivel más profundo encuentro una serie de anillos o vórtices que se desplazan paralelos horizontalmente a ciertas zonas del cuerpo, tienen colores y estructuras que pueden llegar a definirse en un momento dado, pero todo cambia así como cambia nuestro estado de ánimo o de salud.
De esa estructura primaria, el capullo presenta un polo, es como un punto de luz amarillenta y se encuentra habitualmente por encima del omoplato izquierdo a escasos centímetros, en estado de vigilia, está fijado, permanece invariable, entre los anillos del cuello (HTY-3)* y el anillo cordial (KS-4) que cruza el torso a la altura de los pechos. El polo actúa iluminando en profundidad ciertas regiones internas del capullo formando planos verticales.
*[NOTA ACLARATORIA: Estos códigos alfanuméricos son referencias que he realizado para mí mismo, forman parte de un mapa para orientarme en un universo que desconozco en su totalidad y que en ningún libro que haya alcanzado a leer esté expuesto, lo hago para mí mismo, lo pongo en el texto para no confundirme mientras escribo, pueden obviarlo y si desean más información al respecto, comenten]
Don Juan Matus define este polo de luz en el capullo como PUNTO DE ENCAJE, y tiene sentido llamarlo así, pues ese punto hace encajar unas fibras de luz, provenientes del exterior del capullo con otras fibras de luz que hay en el interior que se iluminan con las del exterior, encajándose y formando una homogénea luz texturizada entre fuera y dentro, el ser ha adquirido CONCIENCIA DE SER y comienza a percibir el mundo como habitualmente lo percibimos, como objetos externos e inertes: una casa, un río, un animal... como si no hubiese conexión alguna entre estos objetos, cuando realmente la hay y ya creo que la hay, de hecho, ver, consiste en descubrir estas relaciones e interacciones que aportan una información altamente significativa y valiosa sobre la realidad percibida.
Cuando me dediqué a observar mediante la percepción acrecentada a mis seres queridos dormiendo, lo hacía en completa oscuridad, no necesito luz para «ver», pues entro en estado de conciencia acrecentada (para ello, hay una larga preparación, no es como darle a un interruptor y ¡ya!) comienzo a analizar con mis fibras que emanan desde el ombligo, desde los dedos tanto de los pies como de las manos, e incluso desde los centros de poder que todos tenemos: siete en total, que denominan los sabios de la India: Chakras (ruedas), además hay otros vórtices más pequeños en la textura aural, hay millones de vórtices, es como una granulación efervescente, que no se mantiene estática, que está en continuo y rápido movimiento. Mis fibras llegan al ser que deseo conocer y comienzo a vislumbrar la posición de su polo, éste ya no se encuentra en el lugar habitual, el ser no tiene conciencia de ser, está soñando y cada sueño es diferente, pues el punto de encaje se introduce en el interior del capullo y comienza a iluminar secciones de fibra que no necesariamente son regiones verticales sino que pueden cambiar de ángulo y generalmente, en la mayor parte de los sueños que se tienen, están en una región bien determinada entre los anillos KS-4 y descendiendo a los anillos PS-3, SW-2, MC-1, a veces entran en profundidades muy grandes dentro del capullo y el punto de encaje se pierde tras otras estructuras como el cuantificador central KK0 (la columna vertebral) o los cuantificadores periféricos KP# que son la red neuronal parasimpática y en ese momento me doy cuenta que el ser soñante está teniendo sueños lúcidos, que a la mañana siguiente trataré de averiguar, pero que en la mayor parte de los casos, nunguno suele recordar.
ENSOÑAR
Desde el punto de vista del pensamiento castanediense, el concepto de soñar adquiere todo su sentido con técnicas muy concretas que son expuestas en este libro. Esas técnicas se denominan el arte del ensueño, y al hecho de ensoñar, la actividad voluntaria y consciente de controlar los sueños para pasar a un estado de conciencia diferente donde es posible realizar auténticos viajes hacia otros planos de la conciencia, mundos y universos. Este libro ilustra e instruye sobre el arte del ensoñar.
Los videntes toltecas observaron que en la estructura energética del ser humano hay un punto de luz brillante al que denominan punto de encaje y que cuando se sueña, este punto cambia de posición y lo hace de forma natural.
La percepción habitual del ser humano establece la fijación del punto de encaje en un lugar concreto, en la parte posterior del omoplato derecho -visto desde el punto de vista del observador, izquierdo para el observado-, en la superficie de la envolvente del huevo luminoso (estructura energética del ser humano) -- el aura --
Durante el ensoñamiento, el punto de encaje se desplaza y fija en otros lugares de la estructura energética o fuera de ella, arrastrando consigo el campo, deformándolo. El punto de encaje actúa como un sintonizador de emisora, según la posición y grado de fijación (acecho) se percibe una realidad específica y foránea, ya que el ser humano no habita en esos universos. Los habitantes de esos universos son denominados conciencia inorgánica en general, y específicamente, los guerreros toltecas castanedienses practican el arte del ensueño utilizando a un tipo de conciencia inorgánica al que denominan explorador. El explorador cuando entra en contacto con el ensoñador nos sirve a modo de guía turístico para ir a esos universos de conciencia foránea, permitiéndonos seguirlo. No existe una razón altruista por parte del explorador, pues como conciencia inorgánica que es, es depredador por naturaleza, depredador de conciencia, el explorador nos permitirá seguirlo a su lugar de origen, pero intentará introducirnos en una trampa para cazarnos y acabar con nosotros.
El objetivo del arte del ensoñar es un entrenamiento específico para cuando llegue el momento trascendental de la partida y abandonar este universo con nuestro cuerpo y personalidad.
Ensoñar es realizar viajes a otros universos de la conciencia, fuera de la conciencia humana, pues cuando el polo está en la parte interna del capullo, tiene predilección por colocarse en unos mismos lugares, noche tras noche, hasta que, en un momento, salta y se sitúa en regiones remotas internas, la conciencia humana es un conjunto de fibras de luz encajadas y se sitúan en varias áreas específicas del interior energético, no conozco todas, al menos sé que hay tres grandes regiones: la región cordial entre KS-4 y PS-3, la región abdominal, entre PS-3 y SW-2 y la región basal, entre MC-1 y el cuenco del Kundalini, bajo el tronco a la altura de las piernas en su parte superior: KS-1, no he observado otros lugares, pero presiento que los hay.
Pero cuando realmente se ensueña, es cuando nuestra conciencia de ser se rompe por completo y el punto de encaje asciende más allá de la garganta en dirección a la cabeza, en este caso, los sueños que suele tener el soñador son terroríficos, terribles pesadillas, ya que estamos en un área sensible donde mora el foráneo y él nos influye para que nuestro punto de encaje no llegue hacia su instalación (HTY-0) sobre la cabeza y en la EGF-0 (estructura geométrica fundamental).
ENSOÑAR Y ACECHAR EL ENSUEÑO
Mi hija Ángie me sorprendió terriblemente una noche en que su punto de encaje o polo estaba fuera de su entorno energético, viajaba por la habitación y a medida que transcurría el tiempo, el capullo se fue deformando como lo hace un glóbulo blanco, sacando seudópodos para atrapar una bacteria, de igual manera, la EEC (estructura energética compacta -capullo-) de mi hija se adaptaba a la caza del polo, pero como ella es acechadora por naturaleza, conseguía parar el polo y fijarlo en un punto de la habitación obligando a toda su EEC a modificarse, deformando su geometría, ahora, ya no era un capullo, era casi una trenza alargada, me dí cuenta que mi hija estaba teniendo una experiencia o viaje astral, como lo llaman.
Hubo otras situaciones que me llegaron a convencer de que el ser humano es como una especie de comodín en un juego de poker imposible y aleatorio, pues puede salirse de su estado habitual de conciencia como humano y dejar de ser humano, ahora entiendo esas leyendas que hablan de metamorfosis, pues si una EEC es capaz de fijarse a través de la técnica del acecho y crear un estado de encaje, aparece un nuevo estado de conciencia de ser y el cuerpo físico desaparece para convertirse en otro cuerpo físico, pues el cuerpo físico material se sostiene por el campo energético compacto, que algunos físicos teóricos han denominado Campo de Higgs, por ello, esos cuentos donde hay brujas que se convierten en cuervos o vete tú a saber, en principio, para mí, son realizables [De hecho, en el primer libro de Castaneda: Las enseñanzas de Don Juan (The teachings of Don Juan: a yaqui way of knowledge) comenta algo acerca de los libreros, brujos que se transforman en coyotes].
La técnica básica que expone Carlos Castaneda en los capítulos 2 y 3 es tomar conciencia de ser en el sueño, no dejarse abandonar por la película onírica y buscarse a así mismo, tratar de fijarnos en nuestras manos, en nuestro cuerpo, buscar puntos concretos del yo.
Acto seguido, durante el capítulo 3, aplicamos técnicas de acecho para fijar el punto de encaje que está completamente inestable de un lugar a otro, aleatoriamente posicionándose, iluminando fibras y haces de fibras de energía que no nos permite tomar conciencia de ser, pues carecemos de ella, en ese momento, cuando se consigue fijar la atención en un objeto onírico, muchas veces, no necesariamente vistoso, se crea una explosión, surge una inmensa energía de ese punto y desaparece el escenario onírico, sin transformarse, desaparece y fijando la atención en esa especie de insecto sin forma con color verde o azul, estamos tratando con un explorador, que son formas de conciencia inorgánica que visitan nuestra conciencia al igual que nosotros recién estamos comenzando a visitar su conciencia y de donde proviene.
EL EXTRAÑO VIAJE
Entre los capítulos 4 y 6, Castaneda describe el extraño viaje, realmente no es un viaje recreativo, es realmente terrible, jamás en mi vida he sentido tanto miedo como sentí con esta experiencia, tras meses completos trabajando la manera de ensoñar y acechar, finalmente, un explorador verde se manifestó en mi ensoñación y me atrapó, me llevó con él a un lugar que dudo que esté en este mundo ni en ningún otro, pues yo no era yo, era un multihaz de fibras entrelazadas y alargadas, mi punto de encaje quedó fijado al explorador y con él todo mi ser, ví el universo como una serie de estructuras en forma de vórtices que identifiqué como galaxias, también habían agujeros que succionaban, y por uno de esos agujeros (creo que podría tratarse de agujeros de gusano u hoyos negros, por llamarlo de alguna manera), fui conducido por un túnel de luz amplio, yo era inmensamente pequeño, era como un pequeño mosquito (en tamaño, no en forma) y las paredes comenzaron a comportarse de una manera extraña, percibí que yo era percibido por esa pared, que cambiaba de forma, textura, color y comenzó a hacerse lamiosa, como cera reblandecida por el calor, mis sensaciones fueron completamente anómalas, ni sentí frío, ni calor, sólo sentí horror. Salí de aquel interminable tubo y me encontraba volando sobre una superficie curva, parecía la presencia de un planeta, pero no había astros ni atmósfera, el color era intensamente anaranjado por todas partes y las tonalidades muy amarillentas, con espesas brumas, no había montañas, habían como edificios deformes no ortogonales, con multitud de agujeros, parecían trozos mal cortados de queso gruyère y el explorador verde (que no azul, como el que describió Castaneda en este libro) no estaba dispuesto ni a abandonarme ni a darme la libertad de regresarme, lo cierto es, que penetré junto con él en uno de los agujeros de un edificio, por llamarlo de alguna manera, dentro habían seres humanos completos, no estructuras extrañas como la que yo era ahí, estaban atrapados, apenas podían moverse, estaban envueltos como una mosca lo está en la tela de una araña y todos me gritaban, en idiomas ininteligibles, pero sentí que me pedían auxilio, yo continuaba transitando estos lugares, de un túnel pasé a otro y ví lo mismo, pero con seres no humanos, eran seres luminosos y al parecer la estructura se estaba alimentando directamente de ellos, pues su luz tintilaba como para apagarse en cualquier momento y no volver a lucir nunca mas, me perdí entre los túneles de una realidad laberíntica, perdí mi conexión con el explorador verde y de hecho, luché por perderla, pero ahora no sabía escapar de allí y mucho menos, regresar.
El horror y el vacío más espantoso fue el sentimiento primario y desesperado, pero algo me decía, que dejase de pensar, que si continuaba pensando, me convertiría en ser humano con cuerpo físico tal y como me percibo habitualmente, quedándome allí una eternidad para ser consumido como esas personas, estaban presas allí en ese purgatorio repugnante, comencé a oler a pies (esta sensación creo que era propia de mi cabeza, pues al relacionar el queso de gruyère con ese edificio extraño, sentí que olía más o menos así), me mantuve con el punto de encaje frente a mis sentidos perceptivos (no podían ser ojos, no los tenía) y comencé a deshilacharme, a desenrollarme en un haz de multifibras de luces pero sin encajar con las otras fibras que habían allí, no quise encajar, sabía que si lo hacía, quedaría para siempre en la textura energética del universo, quizás esta era la meta, quizás el hecho de ser guerrero de la libertad total es desprenderse de la naturaleza de humano, de la conciencia de ser, como ente vivo y pasar a la eternidad formando parte de un océano de fibras de luz y de conciencia, no es la muerte, pero tampoco es la vida, es el punto de meta que a lo mejor querían llegar los brujos toltecas o quizás fuese un espejismo, pero llegué a una extraña conclusión, lo que proponía don Juan no era precisamente abandonarse al océano de la conciencia, sino atravesarlo como uno es, con características energéticas no compactas (NCE) tal y como yo era en ese instante para entrar en diferentes universos y mundos y vivir existencias mejoradas a la que aquí vivimos, elegir libremente dónde estar y qué ser, y sobre todo, no morir.
En ese momento quedé adherido a una de las paredes de ese túnel infinito y repugnante, eran como babas, mocos, la sensación de horror pasó a ser repugnancia en toda su mayor vehemencia, pero yo usaba mis propias fibras para romper la adherencia y esta mucosidad se disolvía milagrosamente con mi interacción de las fibras de la voluntad (las que parten del ombligo MF-9/MF-11/Φ-1/Φ-4), estas que indico fueron esenciales, eran como un ácido o un alcali, disolvían la mucosidad del ente inorgánico, en ese momento pasaba un explorador azul y éste me reconoció y me alzó con él, llevándome sobre sí mismo, salimos en dirección vertical durante un largo instante que se me hizo eterno y llegamos a una zona oscura, lejana, un vacío lleno de vórtices, penetramos por uno de ellos y ví la Tierra y parte del sistema solar, me dejó caer desde arriba y de nuevo me ví, esta vez, soñando, no soñando, me estaba despertando de un sueño dentro de otro sueño y luego, sudado, ladeé mi cabeza y vomité en el suelo de mi habitación, ciertamente fue un extraño viaje, horrible, espantoso.
UN PUNTO DE INFLEXIÓN
Tuve un mal despertar, afortunadamente era domingo, no sé qué fecha, pero sería como 1996, mi mujer ya se había levantado y acudió a mí cuando sintió mi malestar, me ayudó a incorporarme, no dije nada, quedé silenciado, temblaba, tenía mal cuerpo, ella me invitó a tomar un baño caliente y tras pasar un buen rato tratando de regresar a mis pensamientos y mi lenguaje, contesté cuando me dijo: «¿Vamos al hospital, te sientes mal?» le contesté, «Tomaré una buena taza de chocolate y churros, nos vamos a la cafetería» y mientras desayunaba, mis colores regresaron, el sol de aquella mañana me ayudó mucho, fumé varios cigarrillos y miré al mar, directamente a un punto lejano y me dije a mi mismo: Esto no lo quiero para mí. Desde ese día no tengo el más mínimo interés en hacer este tipo de viajes a ninguna parte, estoy seguro que muchos de los que estaban allí atrapados eran seguidores de Castaneda y que ese explorador azul, sentía una cierta predilección por los incautos humanos de la Tierra que decidieron saltar ese abismo, pues ese explorador azul fue mi salvador, trayéndome de nuevo a esta vida y a este mundo.
EL INQUILINO Y OTROS DEMONIOS
Los tres últimos capitulos, los leí con gran aversión, el concepto de inquilino es al fin y al cabo el equivalente a tener un ser que no es de este mundo, que es un maldito depredador de formas de vida como la humana a la que llaman foráneo, consumiendo tus fuerzas, tu energía, tu ser, poco a poco, sin matarte, pero negándote la posibilidad de ser libre y vivir plenamente tu existencia.
El caso contrario, es el inquilino, esos seres humanos (brujos de la antigüedad) que ya no tenían edad, que existen desde hace milenios y de vez en cuando aparecen en este universo para buscar energía procedente de otros seres humanos para poder continuar existiendo, ya que la energía foránea no le alimenta, más bien, le quita.
Si este es el panorama que se me ofrece tras tanto entrenamiento, más vale que acepte dignamente mi destino uniéndome a los demás en la muerte y desaparición.
Pero hay algo que me dice que la muerte es un espejismo, que realmente no existe, simplemente abandonamos un cuerpo como el que abandona la ropa antes de ducharse, para luego ponerse otra, creo que no morimos, sino que cambiamos de vida, una y otra vez, lo malo, es que te aburras, que seguro que acaba sucediendo, pero al no tener memoria de vidas pasadas, eso nunca te sucederá, pues vivirás tu vida como la única vida que has vivido y estás viviendo, sin pasado y sin futuro.
Luego, no encuentro a Dios por ningún lado, en este discurso, estamos más solos de lo que jamás podría concebir, si el universo es cruel y así parece ser que es, pues no queda otra que ser un guerrero, un superviviente y plantarle cara a todo cuanto venga, algo que no difiere en exceso de la vida y el día a día, pues la vida es una lucha mientras se está vivo.
Te animo a que leas los libros de Castaneda, pues podrían servirte para conectar con un universo que quizás sea el verdadero, lejos de tanta falacia, mentira y manipulación. Ten en cuenta que Castaneda creció a lo largo de su vida, desde un primer libro a un libro posterior, él mismo estaba en un proceso de explicar lo que ni siquiera sabía realmente ni era lo que a él realmente le estaba sucediendo, ten esto siempre en cuenta, él hizo todo lo mejor que pudo para traerte esta noticia, luego, a medidas que avances en las lecturas posteriores, todo tendrá y adquirirá mayor coherencia.
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