AUTOR DEL BLOG DE LA UNIVERSIDAD DE DOGOMKA

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El cielo me ha fascinado desde que tuve uso de razón. A los 13 años de edad realicé un trabajo acerca del Sistema Solar en la escuela y gané un premio junto con mis compañeros Juan, Eugenio, Fernando y Modesto, mi tía Paqui me obsequió con mi primer libro de astronomía, escrito por José Comás Solá, estudiando este libro, nace mi vocación por la astronomía. Cada noche salía al campo para identificar y conocer las estrellas, solía llevar conmigo unos binoculares y pasaba largas horas viendo el firmamento. Mi madre me regaló mi primer telescopio. Me formé como matemático y estudié complementos de astronomía posicional y astrofísica teórica, colaboré escribiendo artículos tanto en inglés como en español para tres revistas: «Sky and Telescope» (EE.UU.); «The Astronomer» (R.U.) y «Tribuna de Astronomía» (España) entre 1982 y 1988. Actualmente tengo 60 años y estoy estudiando un posgrado sobre Historia de la Ciencia y la Tecnología, Filosofía de la Ciencia y Lógica en la UNED, estoy prejubilado.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Hoy he estado en dos sindicatos

Estoy llegando a un grado de concienciación tan grande, que espero no llegar a convertirme en un fanático o peor aún, un ladrador.

Mi educación, basada en la prudencia, y sobre todo, en el miedo, siempre me ha apartado de la política, y jamás entendí el sindicalismo obrero.

Mi padre insistía una y otra vez: Ver, Oír y Callar. "Antonio, tu tienes que ver mucho, oir todo cuanto quieras, pero cállate siempre".

Nunca supe entender qué sentido tenía eso de enterarse de cosas, que a uno, quizá ni le interesan, ni le va, ni le viene, ni le trae ganancia ni riqueza, pero jamás entendí eso de "callarse" , jamás pude concebir que por el simple hecho de manifestarse, no sólo te cueste la vida, sino que puedas hacerle la vida difícil o imposible a tus familiares y allegados.

Es lógico, tras 40 años de dictadura franquista, tan represaliados todos, sólo se podía hablar de fútbol y poco más.

El movimiento obrero siempre me dió un poco de mala espina, creía que en cualquier momento serían gentes harapientas llenas de grasa y mugre con herramientas oxidadas iban a ir por las calles matando a diestro y siniestro.

Nunca tuve el valor de sindicarme, en España, los sindicatos más relevantes son: U.G.T. (Unión General de Trabajadores) y CC.OO. (Comisiones Obreras)
a gran distancia están los "minoritarios" como C.G.T. (Confederación General del Trabajo -de corte anarcosindicalista-), U.S.O. (Unión Sindical Obrera), E.L.A./S.T.V. (Sindicato de Trabajadores Vascos), y muchos mas, que ahora mismo no recuerdo.

Llevo 25 años de vida laboral, me incorporé tarde al mundo laboral, debido a que era estudiante universitario. En todo este tiempo, los sindicalistas siempre me han resultado gente un tanto variopinta, mezcla de showman, vendedor de pulseras o incluso en peor caso, manipuladores mezquinos, vagos patológicos y delincuentes en general.

Mi empresa cría gente así, son una pandilla de aburguesados y engreídos, por supuesto, mismamente el primero.

De vivir como funcionarios con sueldos fantásticos han pasado a ser empleados de una gran empresa, con sueldo razonable, sometidos a turnos, guardias, multifuncionalidad, plenipotencialidad, megacapacidad y superubicuidad.

Digo "han", porque solo conocí la segunda parte.

Por todo ello, los sindicalistas siempre los vi como ese subgrupo avanzado de burgueses, libertadores de salón de te, utopistas y seminaristas de ideologías populistas, de la eterna lucha de clases, de la igualdad entre géneros, de bla bla bla y más bla.

A medida que pasan los años, dicen que uno se vuelve de derechas, de jóvenes nos queremos comer el mundo, nos apuntamos a cualquier manifestación, acto, huelga, movida en general y de mayores, ya, como que hemos perdido toda esa ilusión que un día pusimos en unos ideales incluso políticos.

A mí me está sucediendo justo lo contrario, creo que cada día, soy más de izquierdas.

Estoy dándome cuenta cada vez con mayor nitidez, que esta sociedad que hay montada, este escenario o tinglado del horror, este sistema capitalista salvaje, está puesto al servicio del poderoso, que lo de la democracia es una mentira, que la justicia es una utopía, que todo está infestado, manipulado, podrido, todos son unos delincuentes en la sombra, pues no hay honestidad ni ética, aquí vale todo, todo con tal de dejar a una minoría muy bien situada a nivel mundial, una minoría de ricachones y la gran mayoría de pobres y esclavos del mundo.

Hay muchos motivos para luchar, y desde el punto de vista sindical, todo empieza a cobrar un cierto sentido. Dentro de dos días escasos, mi empresa ha decidido dejarnos sin Convenio Colectivo, un tal César Alierta, presidente de Telefónica, ha decidido sabotear la reunión donde se estaba negociando la prórroga del actual convenio en dos años, ha reventado la reunión con la única intención de crearnos incertidumbre, sufrimiento, dolor y lamentaciones.

Hoy he estado afiliado a dos sindicatos, porque creo en el movimiento obrero, he estado afiliado a U.G.T y a CC.OO., por ser ambos, mayoritarios representados en mi empresa, me apetece, luchar, no sólo por mí, sino por mis compañeros, aunque temo que podría ser muy duro, pues mi salud está delicada para este tipo de desmanes.

Mi compañero de U.G.T. ha sufrido un fuerte disgusto por esta doble afiliación, me ha tachado casi de "traidor", el motivo de estar sindicado en ambas agrupaciones, es para dar mi apoyo económico a ambas y poder formar parte de ambas, pero al parecer, eso no está bien visto.

Finalmente me he quedado en U.G.T. a pesar que tengo muy grandes y maravillosos amigos en Comisiones. Yo soy compañero de todos ellos, me siento un trabajador, creo en el movimiento obrero, porque hay que luchar no sólo por nosotros, sino por nuestros hijos, nietos, sobrinos, etc...

No es tiempo de dormirse plácidamente, hay que luchar, hay que reivindicar, tenemos derechos y obligaciones, la sociedad necesita de sindicatos y partidos políticos, pero también de seres humanos dispuestos a darlo todo, hay que luchar y plantar cara, porque lo contrario, es la esclavitud mas severa.