Todo nagual tiene que cumplir con LA REGLA DEL NAGUAL, encontrar a un sucesor, instruirlo y prepararlo a fondo para que forme su propia partida o ayudado por su benefactor, añada miembros de otras partidas a la suya, su obligación es instruirlos a todos y cohesionar al grupo para prepararlos al momento de tomar la decisión de marcharse de este mundo no sin antes, preparar a un nuevo nagual de una nueva partida.
De esta forma hay una cadena sucesiva de partidas, don Juan habla de su benefactor, el nagual Julián que a su vez tuvo otro benefactor, el nagual Elías.
Pero no hay linealidad.
Es decir, hay partidas paralelas, tal es el caso de don Juan y don Genaro, ambos colaboran entre sí pero proceden de linajes distintos, no obstante, cuando don Juan toma la decisión de partir con los suyos, se lleva a los suyos, a los sucesores de éstos, incluyendo al nagual Carlos y además lo hacen junto con la partida completa de don Genaro, todos decidieron marcharse juntos.
La primera atención es la dimensión de la realidad que todos conocemos.
La segunda atención es la dimensión energética de la realidad, que se conecta con ella a través de un estado de conciencia acrecentada y donde se percibe la energía tal y como fluye por el universo a través del acto de ver.
La tercera atención son una colección de mundos interdimensionales, el mundo de los humanos posee otros escenarios similares al de la realidad ordinaria, pero en un estado diferente, podría tratarse del bajo astral, como subplano paralelo.
Por otro lado, en la tercera atención encontramos el mundo de los seres inorgánicos, que son como planetas de una dimensión diferente a nuestra realidad, podría tratarse del alto astral.
La cuarta atención son universos paralelos donde existen realidades muy diferentes a la nuestra, pero habitan seres vivos también, hay mundos de orgánicos y mundos de inorgánicos pero están separados entre sí, creo que podría tratarse del plano causal o tercer plano de la conciencia.
A partir de aquí hay un profundo vacío, he descrito tres grandes planos de la conciencia en el ámbito humano, a partir del plano causal, el vacío es total, y solamente es posible atravesarlo para llegar a los dos planos superiores, mediante la intervención directa de un ente supremo que esté dispuesto no sólo a reconocer nuestra valía sino que reconozca nuestra capacidad para transitar más arriba.
Llegamos a los planos superiores, yo lo denomino, la conciencia total o plano del Tetragrammaton, el cuarto plano es un plano de sonido, de música y armonía. El quinto plano es un plano de luz, color y plenitud, paz y orden. Son los lugares a donde llegan las almas que se han liberado de las reencarnaciones por sus méritos adquiridos.
Aquí, don Juan describe la estructura energética del nagual Carlos, muy diferente a como yo la he modelizado en el apartado anterior. Dice que ve «dos bolas superpuestas», esto me da que pensar, que nada tiene que ver con el concepto de nagual, pues en otros textos, lo define como nagual de tres puntas, es decir, una estructura formada por tres regiones colindantes, pero ahora define ver a Carlos como una estructura de dos bolas una encima de la otra.
En la sabiduría de la India, los chakras están organizados en dos grandes familias.
Por un lado, desde el Cuenco Basal o Mulhadhara (chakra raíz) vamos ascendiendo y encontramos el chakra de Swadisthana, luego está Manipura (chakra del plexo) y llegamos hasta el chakra Anahata (chakra cordial). Estamos ante el primer sistema.
El segundo sistema está formado por el chakra de la garganta (Vishuda), el chakra del tercer ojo (Ajña) y el Cuenco superior (Sahasrara) que don Juan identifica (al igual que yo) con la INSTALACIÓN FORÁNEA.
Pues bien, yo interpreto esta doble estructura y la identifico con dos regiones relacionadas con dos conciencias.
La región inferior es la auténtica conciencia nuestra, regida por nuestra mente, la que nunca utilizamos ni conocemos.
La región superior es la conciencia foránea con la mente que usamos y creemos que es nuestra mente, la que nos aporta el razonamiento, la inteligencia y el lenguaje, entre otras muchas cosas, esta mente procede el foráneo que se encuentra habitando una estructura situada por encima de la cabeza y sobre el cuenco de la coronilla, o chakra Sahasrara.
Sólo las personas duales tienen esta disposición tan definida de su campo energético, lo he observado y estudiado, yo tengo esa estructura, mi campo son dos bolas superpuestas, en otra entrada, profundizaré sobre este término, el concepto de DUAL o DOBLE.
Este concepto es muy complejo: estructura de un grupo de personas a la manera militar, cada uno tiene un mando, un comando, un cometido, una función y hay una cadena de mando desde el nagual de su género hacia él, es la IMPECABILIDAD del guerrero de la que tanto habla don Juan, es el DESATINO CONTROLADO como acto fundamental en la técnicas del ACECHO, algo que comentaré a medida que se vaya presentando estas definiciones en los textos donde se describan.
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IV. LA VOZ DE NUESTRA VERDADERA MENTE Y LA VOZ DE LA MENTE DEL FORÁNEO
Comentario e interpretación
a) El conflicto ancestral
Hubo un momento en la historia de los seres humanos que todo cambió dramáticamente dramáticamente y ya nada iba a ser como antes, eso pasó hace eones, cuando el ser humano estaba diversificado en varias especies, entidades de otras dimensiones y que entraron en contacto con seres humanos que contaban con grandes capacidades y poder, hubo una invasión de estos seres cuando encontraron las grandes posibilidades que los seres vivos y en especial, el hombre, tenían para alimentarlos con nuestra energía vital, llegaron a un acuerdo y todo se volvió en nuestra contra, invadieron nuestro sistema energético instalándose en el cuenco superior de la coronilla, en lo que don Juan denomina INSTALACIÓN FORÁNEA. El centro mental del ser humano verdadero actualmente está situado en el corazón y el chakra Anahata es activado por él, mientras que el chakra Sahasrara, el de la coronilla comenzó a ser regido por los foráneos, éstos son entidades de conciencia que no tienen un cuerpo viviente asociado, mientras que el ser humano es una conciencia asociada a un cuerpo viviente para adquirir sus propiedades como humano.
El resultado posterior fue que el ser humano comenzó a ser dominado por una conciencia foránea despiadada, depredadora, violenta, morbosa y sobre todo, muy básica, muy primitiva.
La otra mente es la afectiva, la sentimental, la que tiene capacidades como solidaridad, buenas obras, buen talante, la curiosa, la que ama el orden y la armonía, la gregaria, la que le gusta compartir.
La conciencia foránea domina el comportamiento de los seres humanos desde hace mucho tiempo y con ello, nacen los primeros crímenes, las primeras guerras, los primeros líderes, las religiones, las ideologías... todo eso y mucho más, no son aspectos verdaderos de la naturaleza humana, eso es una ponzoña que ha hecho que el mundo sea como es, una auténtica porquería.
Carlos sufre de manera violenta ese conflicto, este conflicto surge cuando uno alcanza el siguiente nivel de conocimientos, cuando puede ver, cuando puede usar el intento y cuando ya está introducido plenamente en el camino del conocimiento verdadero, en ese instante queda establecida una guerra total entre el foráneo y el auténtico yo que está sometido desde el nacimiento al igual que lo han estado sus antepasados más remotos.
Cuando se entra en la segunda atención (y Carlos es obligado a ello, sin ser consciente cada vez que don Juan lo trata), comienza a sufrirse una crisis entre ambas atenciones que desemboca en un mal estado de ánimo y zozobra, no es que Castaneda sea mala persona y un malagradecido, es que está en plena guerra civil en lo más profundo de su ser y traslada a don Juan esta situación, haciendo que el foráneo de Carlos se enfrasque con el humano verdadero don Juan y con el humano verdadero Carlos.
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V. EL INTENTO PARA RESOLVER CONFLICTOS ABSTRACTOS DE LA ENERGÍA Y LA CONCIENCIA
Fragmento y síntesis del texto original del capítulo introductorio del libro
-Resolver el conflicto entre las dos mentes es cuestión de intentarlo -dijo-. Los chamanes llaman al intento cuando pronuncia la palabra intento en voz fuerte y clara. El intento es una fuerza abstracta que existe en el universo. Cuando los chamanes llaman al intento, les llega y les prepara el camino para sus logros, lo cual quiere decir que los chamanes siempre logran lo que se proponen.
-¿Quiere usted decir, don Juan, que los chamanes siempre consiguen todo lo que quieren, aunque sea algo mezquino y arbitrario? -le pregunté.
-No, no es eso lo que quiero decir. Se puede llamar al intento para cualquier cosa -contestó-, pero los chamanes han descubierto que el intento sólo acude para resolver asuntos abstractos [asuntos de la brujería]. Ésa es la válvula de seguridad de los chamanes; de otra manera, [se perderían en actos banales que los apartaría de su meta como guerreros]. En tu caso, llamar al intento para resolver el conflicto entre tus dos mentes, no es una cuestión ni mezquina ni arbitraria. Todo lo contrario; es un asunto abstracto, un asunto trascendental para la resolución de un conflicto vital en términos de energía concienciativa], y a la vez es tan vital para ti [como no concebirías imaginar].
-Tengo que pensar mucho más acerca de esto, don Juan -le dije-. Tengo que darle tiempo a mi mente para que se acostumbre a la idea.
-Por supuesto, por supuesto -me aseguró don Juan-. Toma el tiempo que quieras, pero apresúrate.
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V. EL INTENTO PARA RESOLVER CONFLICTOS ABSTRACTOS DE LA ENERGÍA Y LA CONCIENCIA
Comentario e interpretación
a) La llamada del intento
Intento es una fuerza abstracta que hay en el universo y que el chamán puede convocarla mediante una llamada en voz alta. Estamos nuevamente aquí ante una palabra que nadie tiene que ver con el significado que tiene en nuestro idioma.
Te puedes poner a llamar el INTENTO, tantas veces como quieras, a gritos, frente al mar en una playa hasta quedarte afónico y ahí nada especial va a suceder, salvo que te quedes varios días sin habla.
No es algo tan automático ni tan servil, el intento, realmente existe, el que os escribe, lo ha tratado en ocasiones muy especiales.
El intento puede llamarse cuando se ha trabajado con él y has pasado una especie de protocolo, por eso, don Juan define que quien llama al intento, es un chamán.
Un chamán es una persona entrenada de tal modo que sus características energéticas difieren del humano cotidiano.
b) Pases mágicos y recapitulación
Es del todo necesario realizar los ejercicios de recapitulación y de tensegridad, que es una especie de yoga que afecta energéticamente a nuestra forma.
En Pases Mágicos se explican algunos de estos movimientos físicos que los chamanes practican desde tiempos ancestrales y por supuesto, no todo lo que ahí está expuesto es todo lo que es, a medida que el chamán alcanza el nivel de nagual, el intento le enseña nuevas llaves y con ellas puede abrir otras cerraduras.
La recapitulación es teóricamente un ejercicio sencillo, pero puedes comenzar de la siguiente manera:
1.- El diálogo interior siempre nos trae numerosos recuerdos del pasado que nos producen algún tipo de emoción.
2.- Llevemos consigo una libreta allá donde estemos y tomemos nota de este tipo de pensamientos.
3.- En nuestro tiempo libre, hagamos una introspección y escribamos todo cuanto sepamos acerca de los recuerdos que hemos recordado.
4.-En nuestro lugar de descanso y donde nadie nos vaya a interrumpir, desconectando el teléfono y adecuando la estancia, bien pongamos unas velas, incienso, ropa cómoda, comencemos a realizar esta meditación.
5.- La meditación es de tipo visual, existen muchos lugares donde te enseñan a realizarla, tienes que recrear con tus imágenes mentales, formas, colores, luz, texturas, profundidades y sobre todo, construir todo el escenario de ese recuerdo y en ese momento giramos la cabeza hacia la izquierda. Ahí recreamos el escenario, los temas de conversación, etc., tomamos aire profundamente y desplazamos hacia la derecha manteniendo el aire tanto en pulmones como estómago (estas prácticas se aprenden en talleres de meditación y yoga en todo el mundo), al tener la cabeza en el lado derecho, expiramos fuertemente hasta quedarnos sin aire, cuando no aguantemos más regresamos rápidamente a nuestro lado izquierdo y visualizamos la escena, así repetimos tantas veces como sea necesario, mientras la mente manifiesta más y más recuerdos, profundizando hasta niveles extremadamente curiosos.
Yo estuve recapitulando durante más de dos años y me valí de varias técnicas:
a) El acomodador: recapitular partiendo de los sentimientos que nos despierta una persona del pasado y lo que nos ha sucedido con ella.
b) Los acólitos: A partir del acomodador, esta persona que ya no está en nuestras vidas tenía relación con otras personas que a su vez se relacionaron con nosotros, ir centrándonos de una en una hasta acabar con la lista.
c) El trauma: Hay acontecimientos traumáticos y dolorosos que conviene recapitular y hacerlo con una gran fuerza de voluntad, manteniendo el tipo y no cayendo en la pena más profunda, simplemente, tenemos que asegurarnos que no nos vamos a involucrar en el sufrimiento, si no puedes hacerlo, no lo hagas, porque es contraindicado, ya que el recrear el sufrimiento es hacer que la traza se vuelva una cristalización y entonces, la recapitulación aquí ya toma un aspecto que sólamente podemos resolver a través del intento.
d) Historia de un cierto evento: Recapitulamos el evento completo y todas las personas que han participado, asistido o estado en ese evento.
e) Llevar un diario sesgado o un diario ordenado: Tener un diario nunca tuvo tanta utilidad como en este momento, desgraciadamente yo quemé mi diario personal de toda mi infancia y adolescencia a los 19 años de edad, pues habían hechos comprometedores y esa persona lo leyó en descuido mío, pues me vino a visitar y estaba escribiendo el diario y mientras hacía café, él comenzó a leer y vió que estaba escribiendo cosas muy personales suyas, entonces, me pidió que lo destruyera y así hice, lo incineré ante él, es muy penoso lo que me sucedió, pues habían cosas muy bellas ahí escritas y hoy en día hubiese disfrutado muchísimo leyéndolas, pero así me sucedió. Actualmente tengo un diario sesgado, de eventos completos e historias memorables en cuatro cuadernos, que los estoy utilizando para recapitular pues son especialmente entrañables para mí y por ello los tengo en mi álbum.
c) El intento me vino a visitar
La primera vez que sentí al intento fue en 1980, en el mes de octubre de ese año, yo no sabía nada de Castaneda, fue un sentimiento genuino de comunión con la naturaleza y lo sentí en una excursión antes del amanecer por unos bosques y parajes naturales cercanos a la casa de mis padres, tenía 16 años e iba con dos amigos más, nuestro camino se hizo en completo silencio y los sonidos, de la brisa, de los pájaros, el murmullo del agua de los arroyos... todo eso me hizo entrar en un estado de conciencia diferente y comencé a observar destellos de luz, estaba como somnoliento, es parecido a ese estado de nuestra mente en que cerramos los ojos para dormir y de hecho, en una parada, me quedé plácidamente dormido.
Cada año y siempre en la misma época, octubre, noviembre y hasta mediados de septiembre al siguiente, las sensaciones que tenía estaban plenamente comunicadas con eventos como el viento frío combinado con un sol radiante, lo denominé HISENKO y solía aparecer un primer día y siempre por la mañana. Lo personifiqué porque sentía su compañía y mi adhesión hacia esa fuerza extraña y a la vez, tan familiar.
Con el paso de mi vida, la presencia del hisenko cambió de modalidad y el acceso a esta fuerza ya era cotidiano cuando comencé a recapitular y hacia el segundo año de ejercicio sostenido, acudió a mí dándome un empujón, fue algo realmente extraordinario, el hisenko llamaba a las puertas de mi corazón y lo cambié al nombre de intento.
El intento ha sido convocado y me ha auxiliado en cosas triviales y menos triviales, en una ocasión me quedé sin gasolina en la motocicleta, estaba junto a mi amigo, la persona más importante de mi vida en esos años y el mismo que me pidió que me deshiciera del diario. Él no podía creer que tras muchas formas, moviendo el tanque, la motocicleta no prendía, le dije que guardase completo silencio y en menos de 20 minutos, conseguí a través del intento, que la motocicleta volviese a funcionar y justo al llegar a la gasolinera, a pocos metros, se paró totalmente. Dicen que la fe mueve montañas, es posible que mi fe depositada en el hisenko era tan grande que podía hacer cosas extraordinarias, como una vez, en el servicio militar, un compañero perdió la llave de su cerradura donde tenía sus cosas personales, se marchaba de permiso y no podía llevarse su ropa, tampoco podía salir en ropa de faena para ir fuera del cuartel, la puerta no abría, habían como cuatro compañeros intentándolo a lo bestia, llegué, puse mis manos sobre el candado y convoqué al hisenko, dí un golpe seco y el candado se abrió, todos se quedaron con la boca abierta, tanto, que a la semana siguiente, dos de los testigos me hicieron peticiones para que los ayudara, uno me pidió que le retirasen un arresto y el otro, aprobar el examen de conducción, convoqué al hisenko y ambas cosas se consiguieron de manera casi inmediata, les pedí a cambio que no me pidieran más nada y que guardasen completo silencio si no querían recibir mi sanción, en realidad, no quería que se regara como pólvora este asunto.
El intento me ha ayudado a sanar a mis hijos, a sanarme a mí mismo, a encontrar una solución a un problema económico, ha estado conmigo siempre, pero como desconocía los asuntos de don Juan o si los sabía, no los interioricé tanto como los tengo actualmente interiorizados, pensé que era Dios o la Virgen quienes intercedían a mis súplicas, en realidad, yo solicitaba, no suplicaba, explicaba de corazón y con mis sentimientos más genuinos, expresaba mi situación y visualizaba posibles soluciones que muchas veces venían por otro camino completamente distinto al que consideraba más plausible.
A este acto lo denominé PETICIÓN FORMAL y hasta la fecha, tras 45 años de uso, nunca me ha fallado, para ello, me ayudó realizar una especie de ritual que es personal e instransfible, lo creé ex profeso para mi uso personal y es privado. Los rituales son importantes, porque actúan como agentes desencadenantes de los actos abstractos de la energía impersonal. Temos tendencia a personalizar lo impersonal, eso es algo muy propio en mí y creo que en la mayoría de nosotros, pero si funciona, bienvenido sea.
Don Juan invita a Carlos a que convoque el intento para resolver su guerra entre foráneo y mente, igualmente, yo lo hice y desconozco en que situación ha quedado todo, pero sucedió algo realmente extraño en mi vida, este asunto lo trataré en otra entrada porque es muy extenso de relatar.
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VI. UN RECUERDO MEMORABLE: CARLOS Y LA BODA QUE NO SE LLEGÓ A CELEBRAR
Fragmento y síntesis del texto original del capítulo introductorio del libro
[A mi regreso a Los Ángeles y en mitad de una conferencia a la que asistía], el comando imperioso de buscar los sucesos memorables de mi vida me sobrevino como un golpe corporal, un espasmo nervioso que me sacudió de la cabeza a los pies. Empecé a trabajar en serio. Me tomó meses revisar experiencias de mi vida que creía significativas para mí. Sin embargo, al examinar mi colección, me di cuenta de que se trataba de ideas sin sentido alguno. Los sucesos que recordaba eran vagos puntos de referencia que recordaba de manera abstracta. Otra vez, tuve la sospecha inquietante de que me habían criado para actuar sin jamás sentir nada.
Recuerdo el día en que casi estuve a punto de contraer matrimonio con Kay Condor. Su apellido no era el verdadero, ella se lo cambió porque se sentía más feliz y presentarse así para ser actriz, pues se parecía a Carole Lombard, era una mujer muy bella y quería casarse conmigo y eso para mí, fue muy memorable, alquilé un traje de frac de color gris. Los pantalones me quedaban demasiado anchos para mi estatura. No eran de campana; simplemente eran anchos y me molestaban terriblemente. Otra cosa que me molestaba era que las mangas de la camisa de color rosa que había comprado para la ceremonia eran demasiado largas, sobrándoles unos diez centímetros; tenía que ajustármelas con unas gomas. Fuera de eso, todo iba perfectamente hasta el momento en que un mensajero llegó en motocicleta y me entregó una carta manuscrita donde rehusaba casarse conmigo recordándome que siempre me reía cuando pronunciaba el nombre «Condor», lo cual revelaba la falta de respeto que guardaba para su persona. Dijo que había hablado del asunto con su madre. Ambas me querían muchísimo, pero no lo suficiente para que formara parte de aquella familia. Añadió que, valiente y sagazmente, todos teníamos que enfrentarnos a nuestras pérdidas.
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VI. UN RECUERDO MEMORABLE: CARLOS Y LA BODA QUE NO SE LLEGÓ A CELEBRAR
Comentario e interpretación
Una experiencia personal no es necesariamente un recuerdo memorable, podemos recapitularla, con el único objetivo de recuperar esa energía a la que no tenemos acceso, pero no forma parte del álbum del guerrero.
En este caso, porque Carlos no llega a tener un verdadero contacto emocional con el hecho y además, no hay una reflexión, una enseñanza sobre ello, carece la historia de una moraleja.
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VII. NUEVO ENCUENTRO CON DON JUAN PARA PRESENTARLE RECUERDOS MEMORABLES Y SOBRE LA NATURALEZA DEL ÁLBUM DE RECUERDOS MEMORABLES.
Fragmento y síntesis del texto original del capítulo introductorio del libro
-Éstas son puras tonterías -declaró-. Nada de esto sirve. Estas historias están ligadas exclusivamente a tí como persona que piensa, siente, llora o no siente nada. Los sucesos memorables del álbum del chamán son asuntos que aguantan la prueba del tiempo porque [son hechos atemporales e impersonales] y sin embargo tú estás en medio de todo eso.
Sus palabras me desanimaron, me sentí derrotado, le presenté varios recuerdos bien estructurados y ninguno le valió. Pensé que don Juan es un viejo chocho e intransigente y que disfrutaba humillándome y haciéndome sentir como un imbécil.
-¿Me puede decir, don Juan, específicamente, qué tienen de malo mis historias? Ya sé que no son nada, pero el resto de mi vida es exactamente igual.
-Voy a repetirte esto -me dijo-. Las historias del álbum del guerrero no son personales. Tu historia del día en que te admitieron a la escuela no es más que una afirmación de ti mismo en el centro de todo. Sientes, no sientes; te das cuenta, no te das cuenta. ¿Entiendes? Toda la historia tiene que ver contigo.
-¿Cómo puede ser de otra forma, don Juan? -le pregunté.
-En el otro cuento, el de tu boda fallida, casi llegas a lo que quiero, pero le das la vuelta y lo conviertes en algo muy personal.
Ya sé que puedes añadir más detalles, pero esos detalles no son nada más que una extensión de tu persona.
-Sinceramente, no entiendo lo que quiere usted, don Juan -protesté-. Cada historia vista a través de los ojos del testigo, tiene que ser a la fuerza, una historia personal.
-Claro, claro, por supuesto -me dijo sonriendo, disfrutando como siempre de mi confusión-. Pero en ese caso, no son historias para el álbum de un guerrero. Son historias con otros propósitos. Los sucesos memorables que buscamos tienen el toque oscuro de lo impersonal. Ese toque los impregna. No sé cómo explicártelo de otra forma. En aquel momento creí tener un momento de inspiración y creí que comprendía lo que él quería decir con «el toque oscuro de lo impersonal». Creí que se refería a algo un poco mórbido. Eso es lo que significaba para mí la oscuridad.
Entonces comencé a relatarle historias morbosas sobre un primo mío que es forense y me insistía en que lo visitara a la morgue, para que contemplara los cadáveres, que eso me haría madurar y comprender la realidad de nuestra existencia…
-No, todavía no llegas -dijo don Juan sacudiendo la cabeza-. Ésta es simplemente una historia acerca de tu miedo. A mí también me hubiera asustado; sin embargo, un susto como ése no ilumina el camino.
Continué con otra historia mórbida de un chico del barrio que murió de un paro cardiaco y lo que ví cuando lo fui a visitar a la funeraria…
-Casi, casi -dijo don Juan-. Pero tu historia es todavía demasiado personal. Es horrenda. Me enferma, pero veo grandes posibilidades.
Don Juan y yo nos reímos del horror que se encuentra en las situaciones de la vida cotidiana. A estas alturas me había perdido sin esperanza alguna en las hileras mórbidas que había atrapado y liberado.
Le conté la historia de mi mejor amigo, Roy Oríndeoro, lo llamábamos así porque todo lo que tocaba lo convertía en oro, era un excelente hombre de negocios y su apellido verdadero es de origen polaco, Roy tenía una ambición sin límites, quería ser millonario a toda costa, pero su vida terminó de la manera más abrupta…
-¡Pero qué mórbido estás hoy! -comentó don Juan, riéndose-. Sin embargo, a pesar de eso, o quizás a causa de eso, casi, casi estás por llegar. Lo estás tocando.
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VII. NUEVO ENCUENTRO CON DON JUAN PARA PRESENTARLE RECUERDOS MEMORABLES Y SOBRE LA NATURALEZA DEL ÁLBUM DE RECUERDOS MEMORABLES.
Comentario e interpretación
Don Juan define el concepto de hecho memorable de la siguiente manera: son hechos que afectan a cualquier ser humano, por lo tanto, tienen carácter universal, y por ello, aunque estemos presente en el evento, no puede ser calificado como personal, pues los eventos personales carecen de valor para el álbum del guerrero, siempre hay que encontrar un significado profundo en un evento, un significado cuya categoría sea válida para todos y a la vez sea impersonal, es decir, propiciado por algo desconocido, abstracto e incomprensible.
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VIII. FIGURAS FRENTE A UN ESPEJO
Fragmento y síntesis del texto original del capítulo introductorio del libro
-¿Puede darme algún ejemplo de un suceso memorable de su álbum, don Juan? -pregunté con mi acostumbrado tono quejumbroso-. Si supiera qué pautas busca usted, a lo mejor se me viene algún recuerdo que le sea válido.
Después de un largo silencio, me dijo:
-Voy a hacer algo mejor que simplemente darte un ejemplo de un suceso memorable de mi álbum -dijo-. Voy a darte un suceso memorable tomado de tu propia vida, uno que debería estar en tu colección. O más bien diría, que si yo fuera tú, créeme que lo incluiría en mi colección de sucesos memorables. Me contaste una vez una historia que cuadra a la perfección.
-¿Qué historia fue ésa, don Juan?
-La historia de «figuras frente al espejo» -dijo-. Cuéntamela de nuevo. Pero cuéntamela con todo el detalle que puedas recordar.
Empecé a contarle la historia de nuevo, superficialmente. Me detuvo y exigió una narrativa detallada y cuidadosa, empezando desde el principio; pero mi versión no lo satisfizo.
-Vamos a hacer una caminata -me propuso-. Cuando caminas, eres mucho más acertado que cuando estás sentado. Créeme, no es una idea ociosa el caminar de un lado a otro cuando tratas de relatar algo.
Salimos a caminar a la peor hora, al mediodía. Me puso un sombrero viejísimo de paja, como siempre lo hacía cuando salíamos en las horas de mayor calor del día. Durante largo tiempo, caminamos en silencio. Hacía todo lo posible para recordar todos los detalles de la historia. Eran las dos o tres de la tarde cuando nos sentamos a la sombra de unos altos arbustos y volví a contar toda la historia desde el principio.
Tenía un amigo íntimo, de origen escocés llamado Eddy, que conocí durante mi juventud, fue compañero del taller de arte donde realizaba estudios sobre escultura, había pasado un tiempo que no supe de él y un día llegó a mi apartamento, todo agitado, casi ahogándose, me dijo que algo extraordinario le había ocurrido y quería compartirlo conmigo.
-Vamos, chico, esto lo tienes que ver por ti mismo -me dijo todo emocionado con el acento de Oxford que siempre utilizaba cuando hablaba conmigo. Se paseaba por la habitación agitadamente-. Es dificilísimo describirlo, pero vamos, es algo que vas a apreciar de por vida. Quiero hacerte este regalo, un regalo maravilloso que te va a durar para siempre. ¿Comprendes?
Lo que yo comprendía era que él era un escocés histérico, pero siempre acababa por acompañarlo y hacer lo que me pedía y le dije:
-Cálmate, cálmate, Eddie -dije-. ¿Qué estás diciendo?
Me contó que había estado en un burdel donde había encontrado una mujer increíble que hacía algo insólito que ella llamaba: «Figuras ante un espejo». Me aseguró repetidas veces, casi tartamudeando, que no podía perderme este acontecimiento por nada del mundo.
-Vamos, por el dinero no te preocupes -dijo, sabiendo bien que yo nunca tenía dinero-. Ya te he pagado la entrada. Sólo tienes que acompañarme. Madame Ludmila te va a mostrar sus «Figuras ante un espejo». En un ataque de risa incontrolable, Eddie hasta mostró su mala dentadura, la cual normalmente encubría tras una sonrisa de labios apretados.
-¡Te digo que es increíble!
Mi curiosidad aumentaba minuto a minuto. Estaba más que dispuesto a acompañarlo y Eddie me llevó en su coche a las afueras de la ciudad. Nos detuvimos delante de un edificio desvencijado con las paredes descascarilladas. Tenía el aire de haber sido en algún momento, un hotel, y ahora era un edificio de apartamentos. Podía ver los restos de un anuncio de hotel que parecía haber sido arrancado a pedazos. En la fachada del edificio, había filas de sencillos balcones sucios llenos de macetas o con alfombras puestas a secar, tiradas sobre las rejas.
En la entrada habían dos hombres morenos, de aspecto dudoso; llevaban zapatos negros y puntiagudos que parecían quedarles demasiado pequeños. Recibieron a Eddie efusivamente. Tenían ojos negros, furtivos y amenazadores. Los dos llevaban trajes brillantes en azul claro, que les venían demasiado entallados. Uno de ellos le abrió la puerta a Eddie. A mí, ni me miraron.
Subimos dos tramos de escaleras que en el pasado fueron lujosas. Eddie iba adelante caminando a lo largo de un corredor vacío, con puertas a los dos lados. Todas las puertas estaban pintadas en color verde oscuro. Cada puerta llevaba un número de latón, oscurecido por el tiempo, casi invisible contra la madera pintada, nos detuvimos ante la puerta 112 y comenzó a tocar varias veces.
Abrío una mujer de baja estatura, redonda y de pelo oxigenado que nos invitó a entrar sin pronunciar palabra. Vestía una bata roja de seda, con plumas en las mangas anchas y zapatillas adornadas con bolas de piel. Una vez que entramos a través de un pequeño corredor, cerró la puerta y saludó a Eddie en un inglés apenas comprensible y con mal acento.
-Helo, Eddie. Trajo amigo, ¿no?
Eddie le dio la mano, y luego muy caballero, la besó suavemente. Se comportaba como si estuviera totalmente tranquilo, sin embargo le notaba gestos inconscientes de nerviosismo.
-¿Cómo se encuentra hoy, Madame Ludmila? -le dijo, en un acento americano ridículo y artificioso.
Nunca descubrí por qué se hacía pasar por americano cuando estaba haciendo tratos en esas casas de mala vida. Sospechaba que lo hacía porque los americanos tenían fama de solventes y dar una imagen de persona pudiente.
Eddie se volvió hacia mí y dijo en su fingido acento americano:
-Mira, chico; aquí te dejo en manos de esta muchacha.
Me sonó tan falso, tan extraño a mis oídos, que me reí en voz alta. Madame Ludmila no se pertubó en lo absoluto al oírme reír a carcajadas.
Eddie se despidió dándole un beso en la mano.
-¿Tú parlas englés, mi nene? -me gritó como si estuviera sordo-. Te ves ejipto, o torco, quizás (pareces egipcio o turco).
Le dije a Madame Ludmila que no era ni lo uno ni lo otro y que sí, que hablaba inglés. Luego, me invitó a presenciar sus «figuras ante un espejo» pidiéndome su aprobación a lo que yo, asentí afirmativamente.
-Te dar bono spectácolo -me aseguró-. «Figuras ante un espejo» es sólo excitar, preparar. Cuando estés caluroso, díceme que pare.
(Voy a realizarte un buen espectáculo, …, esto es para excitarte y prepararte, cuando estés caliente, dime que pare)
Desde el corredor donde estábamos, entramos en un cuarto siniestro y oscuro. Las ventanas estaban cubiertas con pesadas cortinas. Había focos de luz tenue, la habitación tenía un sinnúmero de objetos por todas partes; muebles pequeños con cajones, mesas y sillas antiguas; un escritorio de tapa redonda contra la pared, lleno hasta arriba de papeles, lápices, reglas y no menos de una docena de tijeras. Madame Ludmila me hizo sentar sobre una vieja butaca.
-La cama en otra sala, amor -dijo apuntando al otro lado del cuarto-. Ésta es mi antisala. Aquí, dar spectácolo, calor, presto.
Se quitó la bata y las zapatillas con una ligera patada, abrió las puertas dobles de dos armarios que estaban el uno junto al otro frente a la pared. En cada puerta interior había espejos de cuerpo entero.
-Y alora, la música, nene -dijo Madame Ludmila, y le dio cuerda a una vieja gramola que parecía nueva de lo pulcra que estaba, puso un disco y sonó una melodía hechizante, casi circense.
Y ahora, mi spectácolo -dijo, y empezó a dar vueltas al compás de la esa melodía envolvente y comencé a observarla, su piel era extraordinariamente blanca y tersa, aunque no era joven, tenía más de cuarenta años y estaba en su plenitud, con algo de barriga, sus pechos, voluminosos, colgaban y de su cara, colgaba una ligera papada, su naríz pequeña y labios pintados en rojo brillante, tenía mucho rimmel negro en sus pestañas, era sin duda, el prototipo de prostituta vieja, pero en sus movimientos, era como una niña, se abandonaba con esa confianza juvenil, transmitiéndome una inocente dulzura que me conmovió.
-Y ahora: «Figuras ante un espejo» -anunció Madame Ludmila mientras continuaba la música-. ¡Pierna,pierna, pierna! -dijo, dando una patada en el aire con una pierna y luego la otra al compás de la música. Tenía la mano derecha encima de la cabeza como una niña que se siente insegura de hacer bien los movimientos.
-¡Vuelta, vuelta, vuelta! -dijo dando de vueltas como un trompo-. ¡Culo, culo, culo! -dijo luego, mostrándomelo como lo hacen las bailarinas de can can.
Repitió la secuencia una y otra vez hasta que la música se atenuó al ir acabando la cuerda. Tuve la sensación de que Madame Ludmila iba dando vueltas a la distancia, volviéndose más y más pequeña a medida que la música se perdía. Una desesperanza y una soledad cuya existencia no conocía en mí, salió a la superficie desde lo más profundo de mi ser y me impulsó a levantarme y salir corriendo de la habitación, a bajar las escaleras como un loco y a salir corriendo del edificio en dirección a la calle.
Eddie estaba de pie junto a la puerta, conversando con los dos porteros y al verme correr así, comenzó a reírse estrepitosamente.
-Dime, muchacho, ¿no te pareció una bomba? -dijo, todavía aparentando ser americano-. «Figuras ante un espejo es sólo excitación, preparar...» ¡Qué cosa! ¡Qué cosa!
La primera vez que le mencioné la historia a don Juan, le había dicho que me había afectado profundamente presenciar a esa pobre mujer dando vueltas torpemente con esa melodía tan envolvente y por otro lado, me afectó la insensibilidad de Eddy, cuando acabé de relatarle esta historia a don Juan, estaba como temblando, misteriosamente afectado por algo indefinido.
-Esa historia -dijo don Juan- debe estar en tu álbum de sucesos memorables. Tu amigo, sin tener ninguna idea de lo que estaba haciendo, te dio, como él mismo dijo, algo que vas a recordar siempre.
-Yo la veo simplemente como una historia triste, don Juan, y eso es todo.
-Cierto, es una historia triste, igual que tus otras historias -contestó don Juan-, pero lo que la hace diferente y memorable es que nos afecta a cada uno de nosotros como seres humanos, no sólo a ti, como en tus otros cuentos. ¿No ves? Como Madame Ludmila, cada uno de nosotros, joven o viejo, de una manera u otra, están haciendo figuras ante un espejo. Piensa en cualquier ser humano sobre esta tierra, y sabrás sin duda alguna, que no importa quién sea, o lo que piensen de ellos mismos, o lo que hagan, el resultado de sus acciones es siempre el mismo: insensatas figuras ante un espejo.
«EL LADO ACTIVO DEL INFINITO»
VIII. FIGURAS FRENTE A UN ESPEJO
Comentario e interpretación
Hay varias enseñanzas valiosas en esta historia, por un lado, sus caracteríticas son impersonales (no afecta a Carlos, sino que éste es testigo hasta incluso involuntario de ella), además como no fue algo buscado por Carlos, fue llevado por su amigo Eddie, es abstracta, hay una fuerza que utiliza a Eddie para que Carlos viva esta experiencia, incluso se ofreció a pagar el servicio, otorgándole toda facilidad, también lo acompañó, es impersonal.
La escena-espectáculo de Madame Ludmila estaba planteado en un solo sentido, se trata de un espectáculo erótico previo a un acto sexual, pero Carlos entendió cosas sobre la condición humana de la que no era consciente y posiblemente desconocía entonces.
Lo primero es, la crueldad, como elemento abstracto.
La crueldad se manifiesta en dos ámbitos, por un lado Eddie buscaba la mofa en lo ridículo y a la vez, considerarse un ser humano superior a Madame Ludmila, señalándola como la propia loca, la desgraciada, la puta vieja que ya no vale.
La crueldad se manifiesta en Ludmila, cuando los años no perdonan y envejecemos, ella fue una mujer hermosa pero nunca amada ni acompañada, no sabía hacer otra cosa para sobrevivir, y la crueldad es romper el sentimiento de autoestima que a pesar de contar con espejos y verse a sí misma, no se veía realmente sino que veía lo que la mantenía viva, veía su recuerdo de un pasado glorioso y no es que no lo sepa, sino que no lo acepta y prefiere estar ensimismada en ese punto lejano de su historia personal.
Otro elemento abstracto es la aversión de Carlos, pero no a la persona, sino la aversión a la crueldad. Carlos respondió al elemento abstracto con otro elemento abstracto, ante la crueldad, presentó aversión.
Otro elemento abstracto se produjo en la escenografía, es la decadencia.
La decadencia es un elemento irreversible y por lo tanto es transformador, hace que una entidad abstracta deje de poseer el poder y la fuerza que la caracteriza para disolverla en la nada, así, el hotel está desvencijado porque ya no pertenece a la nueva realidad, está fuera de lugar, es obsoleto y acabará por ser abandonado y derruido, en el mayor de los olvidos hasta que surja un cambio. Todos los elementos están concatenados con este elemento abstracto, desde las ropas que usó Ludmila, el fonógrafo, los muebles, y todas sus cosas, acabarán desapareciendo para siempre, como ella.
Don Juan coloca al ser humano por completo en este proceso, de un lado, la crueldad en nuestra existencia, del otro, la ilusión por mantenerse a la fuerza en algo que ya no existe (autoafirmación) y finalmente, la decadencia que conduce al final del ser humano: pérdida de la belleza juvenil, envejecimiento.
Por otro lado, Carlos experimenta la conexión total que Ludmila tiene con la persona que fue cuando era una niña, actuaba como tal, se sentía como tal, ella rechaza su situación y se traslada a donde fue feliz y donde se sintió plena por única vez en su vida, eso transmite ternura y a la vez, define al ser humano, como un ser sin maldad, inocente, bueno en esencia.
Don Juan totaliza la situación en que cada uno de los seres humanos vivimos en un sueño, una vida idealizada, toda irreal, que no conduce a ninguna parte salvo a la decadencia y la muerte.
Esta historia fundamenta el valor del conocimiento silencioso y el valor del guerrero, que a sabiendas que es un ser humano, con todas las flaquezas que nos caracteriza, a pesar de que la crueldad de la naturaleza que está siempre golpeándonos, de que el envejecimiento, la obsolescencia, la decadencia es el motor del tiempo y que nunca podemos recuperar, el ser humano hace figuras frente a un espejo porque todo es apariencia, es la ignorancia, es estar preso y sometido a fuerzas desconocidas, llamémosla destino, pero que el camino del guerrero rompe con todo eso y hace trascenderlo hacia un lugar donde ese ciclo no le alcanza y es libre.
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