AUTOR DEL BLOG DE LA UNIVERSIDAD DE DOGOMKA

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El cielo me ha fascinado desde que tuve uso de razón. A los 13 años de edad realicé un trabajo acerca del Sistema Solar en la escuela y gané un premio junto con mis compañeros Juan, Eugenio, Fernando y Modesto, mi tía Paqui me obsequió con mi primer libro de astronomía, escrito por José Comás Solá, estudiando este libro, nace mi vocación por la astronomía. Cada noche salía al campo para identificar y conocer las estrellas, solía llevar conmigo unos binoculares y pasaba largas horas viendo el firmamento. Mi madre me regaló mi primer telescopio. Me formé como matemático y estudié complementos de astronomía posicional y astrofísica teórica, colaboré escribiendo artículos tanto en inglés como en español para tres revistas: «Sky and Telescope» (EE.UU.); «The Astronomer» (R.U.) y «Tribuna de Astronomía» (España) entre 1982 y 1988. Actualmente tengo 60 años y estoy estudiando un posgrado sobre Historia de la Ciencia y la Tecnología, Filosofía de la Ciencia y Lógica en la UNED, estoy prejubilado.

miércoles, 22 de julio de 2009

ITACA. Por Kostas Kaváfis




Κωνσταντίνος Πέτρου Καβάφης.
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca, pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los Lestrigones ni a los Cíclopes, ni al colérico Poseidón
seres tales, jamás hallarás en tu camino si tu pensar es correcto
y si exquisitos son los sentimientos que emanan de tu espíritu, de tu cuerpo.
Ni a los Lestrigones ni a los Cíclopes ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no lo llevas dentro de tu alma, si no los yergue tu alma ante tí.
Pide que el camino sea largo. Que sean muchas las mañanas de verano
cuando llegues con qué placer y alegría, a puertos antes nunca vistos.
Detente en los emporios de Francias y hazte con hermosas mercancías,
nácar, coral, ámbar y ébano y toda suerte de perfumes sofisticados,
cuantos más y más abundantes perfumes puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en tu pensamiento.
Tu llegada allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganastes en el camino
sin aguardar a que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te brindó tan hermoso viaje. Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.