No recuerdo con exactitud ni la fecha ni el momento en que comencé a percibir cosas extrañas, cosas inexplicables, era muy niño cuando la oscuridad y las sombras me causaban un profundo pánico porque veía proyecciones de luces y sombras sobre el techo y las paredes de la habitación, comencé a desarrollar fobia por la oscuridad desde que tuve uso de razón hasta iniciada mi adolescencia. La cosa se agravó mucho más durante la adolescencia pues relacioné esas visiones con difuntos, pues mi padre compró una casa junto a un cementerio que podía ser visto desde las ventanas y mi fantasía me produjo esta mala pasada, cambiamos de casa con frecuencia, hubo cuatro mudanzas entre mis 10 y 13 años de edad. Esas figuras daban saltos de un lado para otro, siempre oscilantes, a veces parecían figuras mitológicas e incluso monstruosas, yo no quería percibirlas.
Mi padre dormía en mi habitación y compartíamos una ancha cama, en otra habitación dormía mi madre junto con mi hermana menor, Carmen. Nuestra casa era muy bonita pero no era propiedad de mis padres, era una casa que la empresa de mi padre le cedió, éramos emigrantes, vivíamos al suroeste de Londres, en Epsom Downs, en el condado de Surrey, él trabajaba en el puerto y con el paso de los años, me enteré que mis padres no tenían una relación amorosa aunque estaban condenados a vivir juntos en un matrimonio desgraciado, mientras tanto, las sombras comenzaron a convertirse en algo más escabroso, eran como figuras de seres mitológicos que continuamente saltaban de un punto a otro, mi mente no pudo entenderlo y nunca encontré a alguien que lo hubiese visto, pensé que eran espectros, fantasmas o cualquier cosa inimaginable, esta situación me llegó a enfermar de los nervios y cuando tenía 15 años, en 1979, todo se resolvió y volvió a la normalidad, aprendí a ser más sociable, estaba contento en mi nuevo instituto, salía de fiesta, tenía muchas amistades y ahora, la oscuridad estaba plagada de estrellas, me encantaba ver el firmamento y comencé a sentirme bien por primera vez en muchos años.
Hacía seis años que regresamos a España y vivíamos en Málaga. Ahora era un muchacho de 16 años, era 1980 y mi amigo Pepe del Castillo, aficionado a la caza, nos propuso a Ricardo y a mí para que lo acompañásemos una mañana otoñal de domingo, nunca he tenido el más mínimo interés en la caza, pero en esos días, la compañía era más necesaria y la buscaba deliberadamente, hay dos cosas que me gustan mucho y que confluían en esta propuesta, una es, madrugar y otra, es, caminar por el campo.
Recuerdo que en todo momento deberíamos guardar un estricto silencio para evitar espantar a los pájaros y caminamos por un arroyo cercano a mi casa, el Arroyo de Wittenberg en dirección a los campos de Jarazmín y Podadera, caminábamos por pequeños bosques de eucaliptos, olivares, almendros, alcornoques, tejos... mientras el sonido de los pájaros al amanecer y la cadencia del agua de los arroyos cercanos, me sumió en un profundo sopor, salió el sol y comenzó a impregnar mágicamente esos lugares, con una sensación de calidez y a la vez, frialdad, por la brisa marina que recorrían todo mi espinazo causando una cascada de sensaciones, no había lugar para pensamientos ni para reflexiones, estaba sintiendo totalmente ese escenario maravilloso, estaba, literalmente en comunión con el todo, perdí mi individualidad como ser y de pronto, sentí que todo se oscureció repentinamente, aunque no del todo, comencé a percibir haces de luz cromática que formaban ondas e iban de un lado para otro, mis ojos se entornaron porque sentí que percibía mejor todo aquello, no me alarmé, simplemente estaba en éxtasis y en profundo silencio, percibí los árboles como largos bastones de luz que se movían de arriba a abajo, como dando tumbos y los sonidos eran entremezclados, de pájaros y tamtanes, poco a poco, ví líneas de colores entrecruzándose, las rocas formando bolas de luz, el arroyo ondulando con una luz blanquecina como lechosa.
Quedé tan profundamente exhausto, que cuando llegamos a un lugar alto, Pepe se tumbó con su escopeta, para sorprender a las bandadas de pajaros y yo me tendí cerca suyo, cerré mis ojos y caí en un sueño profundo, mis amigos no me quisieron despertar, me dejaron tranquilo y el sol calentándome, acabó por despertarme y salir de ese mágico estado, cuando Pepe y Ricardo comenzaron a hablar entre sí. Pepe no cazó ni un solo pájaro y decidimos regresar. A ninguno de ellos le conté nada de lo que viví en esa mañana.
Y así fue, la primera vez que percibí la energía tal y como fluye por el universo, no es posible dar una explicación coherente con palabras, porque todo es profundamente cambiante, aunque hay algunas cosas que más o menos, permanecen.
Los árboles son seres vivos y su energía es más compleja que otras energías como la que ví en unas rocas.
I. ENERGÍA DE LOS CAMPOS IMPROPIOS
Las experiencias se repitieron en el tiempo y al ver la gran diferencia entre las energías que percibía cuando percibía a un ser humano y las energía que percibía con otras cosas, definí como propio, el campo humano y como impropio, todo lo demás.
Ahora voy a tratar de describir lo que percibía energéticamente en esa primera experiencia que fue enriqueciéndose con más experiencias venideras en mis paseos al campo.
Las rocas eran bolas de luz de las que salen como espículas pequeñas, parecían erizos de mar, su color cambiaba de blanquecino a amarillento, de amarillento a rojo y de rojo a marrón, su estructura no era estable, sino que ondulaba toda su superficie llena de espinas de luz muy cortas, habían haces de luces entre rocas, las piedras del suelo formaban pequeñas esferas muy brillantes, yo las denominé: NÓDULOS.
Entre nódulo y nódulo, a veces surgían unas ondas que daban lugar a líneas de luz definida, yo lo denominé: RAYAS.
El suelo tenía una textura preciosa como diamantina formando ondulaciones todo el tiempo y su color principal es blanco con tendencia a ser morado o anaranjado.
Las plantas tienen una estructura en forma de BASTÓN, las hay de muchas clases, los árboles por ejemplo, tienen bastones más largos y gruesos que el propio árbol, además, tienen un movimiento de zumbido en dirección vertical arriba-abajo, se les escucha como un latido de tambor, están sincronizados si todos forman parte de un mismo bosque, cuando hay separación entre grupos de árboles, la sincronización no se produce, y el sonido que se percibe es un ruido como industrial, pues cada uno late a diferente velocidad.
Los matorrales no llegan a moverse, sino que pulsan ondas de luz en diversos colores, emitiendo energía hacia el exterior, pero no lo hacen de una manera ni regular ni sincrónica, sino como si fuesen llamaradas. Los matorrales tienen una envolvente en forma de bastón, pero acostado, con diversos montículos internos que diferencian ciertas partes de una misma planta (ramajes) u otras plantas, bajo ese manto global de energía. Suelen presentar colores amarillentos, anaranjados y rojizos.
Las raices de las plantas son como tubulares que crean una especie de red neuronal bajo la textura del suelo, donde se notan el paso de ondas de luz de mayor intensidad atravesando esos túbulos de diferente calibre.
Esto fue lo que me hizo comprender que un monte y toda la cubierta vegetal, son una misma entidad energética. Pues el suelo quedaba integrado en la estructura global del bosque, también hay rocas que intercambian ondas de luz con plantas.
Todo es demasiado difícil de explicar y es realmente, mucho más complejo que como aquí lo he explicado.
Pero lo que me llegó a fascinar en una ocasión, es que con 19 años de edad, toqué una roca que me gustaba, era de un tamaño descomunal, casi 5 metros de altura y comencé a percibirla como energía, mis fibras energéticas penetraron en su interior y comencé a sentir experiencias de otras personas que habían pasado por ese lugar, me dí cuenta, que nosotros, los seres humanos, vamos dejando nuestra energía, nuestros pensamientos, plasmados en las rocas por las que pisamos, tocamos o pasamos cerca, a estas energía las denominé: TRAZAS.
Y las rocas actúan como una especie de banco de datos donde quedan almacenadas experiencias sensibles y emocionales de las personas, uno puede llegar a reproducir en sí mismo esas experiencias que otro ser humano sintió en un lejano pasado.
Cuando caminaba por el Monte de San Antón y nos daba la noche a mi amigo Sergio y a mí, viendo las primeras estrellas, la luz tibia de la Luna iluminaba los caminos del monte y comencé a sentir destellos de luz en puntos cercanos y lejanos a nuestro camino, todos eran los NÓDULOS, rocas y piedras que emiten luz y ondas y son más fáciles de percibir durante la oscuridad de la noche. Enseñé a Sergio mediante prácticas de meditación silenciosa que aprendí a manejar en un curso de yoga que hacía por entonces, tenía 18 años, Sergio es mayor que yo, él tenía 20, entonces tras mucha paciencia e intentos, Sergio comenzó a compartir conmigo la visualización de nódulos en los montes por donde solíamos caminar al anochecer.
Cambiando nuestra percepción y viendo la energía tal y como fluye en el universo, observamos habitualmente una estructura primaria: una envolvente, que es un entramado de finas líneas de luz entrelazadas a modo de fibras, no es estable, siempre está en movimiento, fijándonos un poco más, hay pequeños microvórtices en su estructura profunda, hendiduras e irregularidades.
La estructura secundaria son los canales, de manera horizontal se observan una serie de anillos, siendo los más nítidos y compactos, los cinco primordiales, que desde abajo hasta arriba son:
a) Swadhistana rink [SWR] es un anillo que tiene una cromaticidad dorada variable, es lento, el más lento de todo el sistema y se encuentra sobre la superficie de la envolvente o ligeramente por debajo, a la altura de entre el ombligo y la zona púbica, está comandado por el chakra Swadhistana, que varía su posición en función del género, si es hombre está posicionado inferiormente a la posición habitual en las mujeres, que lo tienen a la altura de sus ovarios, mientras que los hombres lo tienen a la altura de la vejiga.
b) Manipura rink [PS0] este anillo pasa por el centro del estómago, es como un pequeño Sol que irradia una luz amarillenta a todo el sistema del Plexo Solar y está comandado por el chakra Manipura. Es el centro energético alimentador del sistema SWR-PS de los tres anillos inferiores.
c) Anahata rink [PS1] este anillo es verdoso pero cambia mucho sus tonos a anaranjado, rosado e incluso violáceo, dependiendo de su estado energético, es tan inestable como SWR, las emociones psicológicas de la persona afectan profundamente a ambos anillos, gira a mayor velocidad y forma un sistema completo con los anteriores anillos.
d) Vishudha rink [HTY3] este anillo se encuentra en la garganta y comanda el chakra Vishudha, responsable del lenguaje humano y la comunicación, así como la sociabilidad, por lo que tiene una relación intensa con PS1, su coloración varía desde un precioso turquesa a azules violáceos y hasta rojizos. Fue el primer anillo que percibí por primera vez y el que más me ha llamado la atención, pues las personas cuando hablan hacen modificar la forma del anillo emitiendo ondas, algo que salvo PS1 raramente sucede.
e) Ajña rink [HTY2] este anillo está en la frente y es comandado por el chakra Ajña del entrecejo o tercer ojo, es más pequeño y está más próximo al centro geométrico del cuerpo humano que ningún otro, gira a una tremenda velocidad y su color varía entre azules intensos y violetas, es muy delgado.
La estructura terciaria son por un lado, los cuencos y por otro el canal central.
El ser humano tiene dos cuencos que miran hacia arriba, su estructura geométrica es parecida a una vasija, es una sección de ovoide, el inferior es la base de la columna vertebral y el superior es supracoronal, en contacto con el cráneo en su parte superior como si fuese un tocado.
a) Cuenco basal [K] o Cuenco del Kundalini es una región donde se acumula la energía telúrica que es absorbida a través de las fibras de nuestras extremidades y queda aquí acumulada, esta energía asciende de manera natural para alimentar nuestro cuerpo energético, pero no se toma directamente, sino que es transformada en el canal central y a través de los chakras.
b) Cuenco superior [HTY0] Estructura del Tetragrammaton, para mí es, la estructura energética más compleja y a la vez, la más aterradora que el ser humano posee. En ella tuve la mala fortuna de observar por primera vez en mi vida a un ser inorgánico y depredador, el llamado, foráneo que está anidando en una estructura geométrica compacta [EEC] con forma de icosaedro, dodecaedro, cubo, esfera, etc. que lo mantiene sobre el cuenco superior con una cápsida externa, es una estructura extraordinariamente similar a la que pueden tener algunos tipos de virus. A partir del cuenco superior obtenemos una mínima parte de la energía cósmica o Prana, porque el resto lo consume el foráneo y comemos sus sobras.
Ambos cuencos están interconectados a través del Cuantificador Central [CC] que pasa por el interior de la columna vertebral hasta llegar al cráneo desde donde se redistribuye toda la energía del ser humano, tiene dos corrientes primordiales, desde la Tierra hasta nosotros a través de las piernas, manos y trasero, la energía telúrica que es de color rojo y se acumula lentamente en el cuenco basal [K], en el proceso acumulativo va ascendiendo lentamente por el [CC] en la corriente de Ida. Desde un lugar superior a nuestra cabeza, se encuentra el cuenco superior [HTY0] que capta como el que capta agua de la lluvia, las energías cósmicas o prana, esta energía es de color blanco y a veces, luce en amarillento, queda acumulada aquí y poco a poco va descendiendo hasta las glándulas centrales del cerebro (pituitaria) donde se encuentra con la corriente Ida, ambas energías, telúrica y cósmica cambian a un intenso color azul y ahora es el soma, es decir, la energía vital de los cuerpos (físico, mental, emocional, causal, astral) que desciende a través de la corriente Pingala. Las corrientes Ida y Pingala parten de los orificios nasales y formando ochos, están unidas al shushumna [CC], desde aquí, hay unos radios que se alimentan de la energía del soma, los radios principales corresponden a los chakras del cuerpo, ya descritos anteriormente como estructura secundaria, continuando con esta estructura, tenemos que en la columna central hay un canal de energía tanto ascendente (Ida, color blanco), como descendente (Pingala, color dorado amarillo), así, como permanente, son tres grandes tubos de luz, uno es central y se corresponde con la médula espinal, los otros dos, oscilan como un caduceo y van de chakra en chakra curvándose en torno al tubo central (Shushumna) que es de color blanquecino muy intenso y que conecta los cuencos del kundalini y del tetragrammaton (inferior y superior respectivamente) donde hay un anillo de energía asociado y pegado al borde del cuenco de color rojo intenso, la energía acumulada en el Kundalini puede ascender a través del canal Shushumna directamente, enrojeciéndolo todo o bien a través de los canales Ida y Pingala que son los que tienen forma de serpiente caducea, Ida es blanca y Pingala es amarilla, Ida es ascendente y Pingala descendente, conectan con el cuenco superior, sobre la coronilla del chakra Sahasrara, es la Instalación foránea de la que habla don Juan, sobre ésta hay una subcubierta con una estructura geométrica compacta y dentro de ella, vive un ser inorgánico o predador que nos comanda por completo, a esta región la denomino HTY0 Estructura del Tetragrammaton y consiste en muchas estructuras interconectadas. En este lugar, al que yo denomino como región del Cuantificador Central [CC] es donde se debaten y transforman la diversas energías y sus modalidades. Shushumna [CC0] tiene la energía que hace que el ser humano exista y se mantenga, es la sustentadora, su energía blanca procede de Ajña y parte del cuenco HTY0.
NOTA FINAL: Me pongo en tu lugar, estimado lector, y entiendo tu postura. Sé que te cuestionas qué sentido tiene conocer esta descripción sobre la energía sutil del cuerpo humano si no puedes percibirla. Bueno, yo aquí no trato de convencerte de un mito ni nada similar, hubo mucho tiempo antes de 1982 en el que yo no tuve capacidad para visionar, pero una vez que vino a mí, de manera no buscada, me encuentro con un universo totalmente extraño y sin tener a mi lado, alguien que me pueda explicar algo. Esto ha sido escrito para todo lector, pero principalmente por si hay alguien que le haya pasado o le vaya a pasar lo mismo que a mí, que un día, se levante de buena mañana y empiece a ver objetos de luz y cosas extrañas e incomprensibles de un universo, que al parecer, es el verdadero, es la base del universo percibido que es una emulación, lo que los hindúes llaman, maya.
Quería hacer un inciso sobre la percepción de colores en el mundo acrecentado, no es como nos sucede en el mundo cotidiano, sabemos que algo es rojo, amarillo, verde... y no sabemos ni por qué, simplemente, lo percibimos en ese color. En el mundo de la energía libre tal y como es en realidad, los colores son sensaciones, es decir, algo te hace sentir físicamente que es de color rojo, verde, amarillo... pero no es que en realidad lo sea, son sensaciones físicas, emocionales, psicológicas.


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