AUTOR DEL BLOG DE LA UNIVERSIDAD DE DOGOMKA

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El cielo me ha fascinado desde que tuve uso de razón. A los 13 años de edad realicé un trabajo acerca del Sistema Solar en la escuela y gané un premio junto con mis compañeros Juan, Eugenio, Fernando y Modesto, mi tía Paqui me obsequió con mi primer libro de astronomía, escrito por José Comás Solá, estudiando este libro, nace mi vocación por la astronomía. Cada noche salía al campo para identificar y conocer las estrellas, solía llevar conmigo unos binoculares y pasaba largas horas viendo el firmamento. Mi madre me regaló mi primer telescopio. Me formé como matemático y estudié complementos de astronomía posicional y astrofísica teórica, colaboré escribiendo artículos tanto en inglés como en español para tres revistas: «Sky and Telescope» (EE.UU.); «The Astronomer» (R.U.) y «Tribuna de Astronomía» (España) entre 1982 y 1988. Actualmente tengo 60 años y estoy estudiando un posgrado sobre Historia de la Ciencia y la Tecnología, Filosofía de la Ciencia y Lógica en la UNED, estoy prejubilado.

domingo, 9 de enero de 2011

Estudia el idioma lógico emergente: el dogowénzik

Cuando tenía 11 años comencé a crear un idioma artificial, al que llamé wénziko (vénsico), wénziko viene de la palabra wenziköö /vensikjuú/ que significa "diferente, innovado, creado". A lo largo de mi vida, este idioma se ha ido enriqueciendo con los idiomas que he ido aprendiendo y que hoy en día, se hablar: Español, Inglés, Portugués, Italiano, Griego moderno, Ruso y de otras influencias: Latín, Griego antiguo, Sánscrito, Alemán, Holandés, Árabe clásico, en una mezcolanza personalizada para uso propio pero con vocación universal (al estilo del esperanto).

Cuando me leyeron el pasaje bíblico del libro del Génesis, capítulo 11, nunca entendí que Yahvé no tuvo suficiente con enviar un diluvio universal y matar todo lo vivo que había creado para dejar a unos pobres desgraciados vivos y con los mismos defectos genéticos heredados de sus ancestros ahogados para que partiesen desde cero o peor aún, sin un paraíso terrenal, que encima nos tuvo que confundir con los lenguajes para evitar que fuésemos tan dioses como Él.

Algo me hizo rebelarme contra lo que Yahvé dispuso en su día, y entendí que la mejor manera de resolver los problemas del mundo es creando un idioma artificial basándose en la mayoría de los idiomas utilizados en el mundo, aunque, ni el Chino ni el Tagalo, entran en el wénziko, si entran, idiomas de otros mundos como el dogonés (conozco cuatro idiomas dogomkienses) para ser actualmente el idioma dogowénzik.

En entregas mensuales y regulares, en breve,  iniciaré un curso de dogowénzik escrito.

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